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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Ganancias sobre Activos Financieros dificultará bajar la Inflación y manejar la tasa para el BCRA

Una de cal y otra de arena para el BCRA. Una noticia buena y otra que, si bien por ahora no preocupa, debe ser monitoreada de cerca durante enero y febrero.  La buena noticia es que el BCRA dejó inmóvil la tasa de referencia en 24,75% anual, cortando una racha de cuatro semanas consecutivas con bajas de -50 puntos básicos por vez (de 26,75% a 24,75%). Del otro lado, el punto a seguir de cerca es que sólo hubo una renovación parcial de las LEBACs, con lo cual el BCRA inyectó liquidez por $21.242 MM (3% de la base monetaria). 

Está muy bien que el BCRA haya dejado la tasa inmóvil cortando la baja de las últimas cuatro semanas. ¿Por qué? Porque no había habido fundamentos de expectativas de inflación y de inflación observada que avalaran las últimas reducciones de tasa de interés que, siguiendo nuestro análisis, debería haber permanecido inmóvil en 26,75% y sin bajar. 

¿Si la tasa de interés no debería haber bajado de 26,75%, entonces el BCRA no debería haberla subido de nuevo ayer? Definitivamente, no. Lo hecho, hecho está. No se puede andar subiendo y bajando la tasa de referencia “cada dos por tres”, porque mina la reputación y la credibilidad de la política del BCRA, afectando negativamente los resultados de la política monetaria. En otras palabras, subir y bajar la tasa de interés en forma reiterada hace que la inflación no baje o, en el mejor de los casos baje menos y más lento.  Por otra parte y mirando el vaso medio lleno, la baja de tasa permitió una suba "controlada" del dólar que contribuyó a mejora mínima y circunstancialmente la competitividad precio de la economía. 

Ahora bien, bajar la tasa de interés cuando no hay que bajarla tampoco es gratis; el BCRA quedó preso de la tasa de 24,75% y no pudo renovar todo el stock de LEBACs viéndose obligado a inyectar liquidez por el equivalente a 3% de la base monetaria.  A este incremento de liquidez de ayer, hay que sumarle que la base monetaria creció +6,3% (+$42.480 MM) en noviembre pasado, con lo cual el apretón monetario se redujo de 21,0% a 17,5% en términos reales. 



Sin lugar a duda, esta inyección de liquidez enciende una luz amarilla que debe ser monitoreada de cerca, porque puede dar lugar a un desequilibrio monetario en el futuro cercano. En este sentido, para lo que queda de diciembre y primeros días de enero no habría riesgo, porque la demanda de dinero es estacionalmente alta y no hay riesgo de desequilibrio monetario.

Sin embargo, a fin de enero y en febrero podría haber una caída estacional de la demanda de dinero que generaría un exceso de oferta de pesos y se trasladaría a: i) mayor  expectativas de inflación e inflación observada (dificultando la política des inflacionaria); ii) tipo de cambio más elevado a un nivel "no confortable".

En este marco, sería poco prudente caer en la tentación de bajar la tasa de interés en lo que queda de diciembre que es estacionalmente elevado en términos de demanda de dinero, porque luego a fin de enero y febrero se contrae la demanda de pesos. Por el contrario, es prudente dejar la tasa “congelada” en 24,75% y esperar y mirar los resultados de enero y febrero.

No obstante, hay que destacar que el nuevo proyecto de Ganancias, que grava los plazos fijos, fondos comunes de inversión (FCI) y las LEBACs constituye un riesgo para la política monetaria desinflacionaria y el manejo de la tasa de interés del BCRA. Este impuestazo afectaría negativamente la demanda de pesos, potenciando el desequilibrio monetario a fines de enero y, sobretodo, en febrero.

En otras palabras, el impuestazo de Ganancias sobre los activos financieros aumentaría el exceso de oferta de dinero, potenciando las presiones sobre el dólar y la inflación.  Es decir, con este impuestazo de Ganancias sobre los activos financieros, la demanda de dinero caería aún más, con lo cual la demanda de dólares y las presiones inflacionarias podrían incrementarse. 

En este marco, el impuestazo de Ganancias sobre activos financieros, al incrementar las presiones sobre la inflación y el tipo de cambio,  presionaría al BCRA para subir la tasa de referencia estabilizar al mercado monetario y cambiario y evitar que aumenten las presiones sobre la inflación y el tipo cambio hacia fin de enero y febrero

En definitiva, el Impuestazo de Ganancias sobre los activos financiero no es otra cosa que “la política” metiendo la cola y entorpeciendo el trabajo del Banco Central, porque necesariamente implicará: i)  más tasa de interés; ii)  más inflación. 

Concluyendo, hay que seguir muy de cerca al mercado de dinero, el accionar del BCRA y las intromisiones de “la política” en la política monetaria. Si el BCRA deja la tasa de referencia congelada y el impuestazo de Ganancias sobre los activos financieros no “sale”, crece la probabilidad que la política monetaria prudente y desinflacionaria prosiga y en consecuencia las metas de inflación 2017 puedan ser cumplidas. Por el contrario, si en el actual contexto el BCRA vuelve a bajar la tasa y el impuestazo de Ganancias es promulgado, crece la probabilidad que “la política” avance sobre la política monetaria y las metas de inflación 2017 no sean cumplidas. 



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