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lunes, 26 de febrero de 2018

"Estamos en la prehistoria en el área de política monetaria" (La prensa 25/02/2018)

Diego Giacomini hace su aporte teórico a la comprensión del proceso inflacionario. La inflación es siempre un fenómeno estrictamente monetario, enfatiza el director de Economía & Regiones. Rechaza el factor inercial y valora el monopolio que brinda soluciones al mercado. La escuela austríaca, un faro.

La inflación es un problema que la economía argentina ha padecido durante décadas, a excepción del período de la Convertibilidad. Tan repetido y acuciante es el fenómeno que ha vuelto a los economistas locales en verdaderos expertos en la materia.
Por lo pronto, el proceso inflacionario es un divisor de aguas, un tema que separa a los especialistas desde lo teórico. Diego Giacomini, director de la consultora Economía & Regiones, milita en las filas de aquellos economistas liberales que entienden a la inflación como un fenómeno exclusivamente monetario. Frente a esto, los estructuralistas plantean además otras variables, como el efecto de la concentración en la formación de precios y las consecuencias de la inercia en la desinflación. La argumentación es profusa.
-¿Cuál es la causa de la inflación?
-La inflación es siempre un fenómeno estrictamente monetario. Y esto es así porque, por ejemplo, en una economía del trueque no puede haber inflación, a lo sumo se registran cambios de los precios relativos entre los diferentes bienes o servicios. No se produce un fenómeno inflacionario. La inflación es el aumento sostenido del nivel general de precios y tiene una acepción interesante que revela el origen del fenómeno: la pérdida del poder adquisitivo del dinero. Eso es clave para entender esto. El fenómeno inflacionario está relacionado con la producción de dinero, es decir con la política monetaria. En este marco tiene lugar la diferencia entre la expansión de la oferta monetaria menos la expansión de la demanda de dinero. La diferencia entre lo ofertado y la demanda de pesos de parte del público tiende a ser la inflación.
-¿Argentina tiene algún rasgo singular en este proceso?
-Es interesante, pero Argentina en esto podemos decir que tiene un rasgo distintivo que es muy negativo. El dinero tiene una función esencial que es oficiar como medio de intercambio, pero tiene otra, que es clave: ser reserva de valor. En Argentina, luego de cambiar seis signos monetarios, sacarle 13 ceros a la moneda, sufrir dos hiperinflaciones, el peso no es reserva de valor. Esto es trascendental. Si no es reserva de valor, la demanda de dinero puede crecer pero por motivos exclusivamente transaccionales. Se usa la moneda como medio general de intercambio. Quiere decir que la demanda de dinero va a crecer en línea con el nivel de la actividad económica. Eso ayuda a estimar la demanda de dinero. Si la economía crece al 3% y se quiere una inflación del 15%, no se puede hacer crecer la cantidad de dinero más del 18%.
EL MUNDO
-¿Esta es la teoría predominante en el mundo?
-Argentina está en la prehistoria en lo que viene a ser el área monetaria. Una cosa es tener una inflación de dos dígitos hace 13 años, 1.300% de inflacion hace 14 años, con los últimos cinco años promediando el 30%, que vivir en los paises desarrollados con inflación del 1 o 2%, o en los emergentes con 3 o 5%. La relación emision monetaria-inflación se robustece cuanto más elevado sea y prolongado en el tiempo el proceso inflacionario. De hecho, con Javier Milei, en nuestra propuesta monetaria estimamos y demostramos que la cantidad de dinero y el PBI nominal están cointegrados en la Argenitna.
-¿Puede explicarlo?
-Quiere decir que tienen una relación de estable largo plazo. La cantidad de dinero se mueve en paralelo con el PBI nominal, que es crecimiento más precios. Si esas dos variables, PBI nominal y cantidad de dinero, se mueven juntas, controlando dinero controlo PBI nominal, y controlando el PBI nominal puedo controlar la inflación. En el resto del mundo es diferente porque el nivel de inflación es bajo hace décadas. Además, tienen una alta penetración del crédito, que puede ser del 80 o 110% del PBI, mientras que en la Argentina es del 14%. Eso hace que el sector privado cree dinero. Allí el dinero y el PBI nominal no tienen una relación estable de largo plazo. En consecuencia, controlando la cantidad de dinero no se controla el PBI nominal. Pero que eso sea diferente no les crea mayores problemas.
-¿Qué opina del factor inercial en el proceso inflacionario?
-Que es un mamarracho teórico. Se ponen cosas de moda y todos salen con eso. Un día es la cláusula gatillo, otro día es la inercia, y así. No tiene asidero desde lo teórico. Quienes pregonan esta idea afirman que la inflación es la variación del nivel general de precios, y que en ese proceso hay un componente inercial. Quiere decir que el nivel final de precios está determinado de alguna forma por los precios del pasado. La realidad es que los precios de un bien o servicio dependen de condiciones de mercado y de la escasez de ese momento, no de las condiciones de tiempo atrás. Hablar de esto es no entender cómo funciona el sistema de precios, que cambian permanentemente por las personas que interactúan todo el tiempo en el contexto de las condiciones actuales, no las pasadas.
-Lo descarta por completo.
-Es verdad que la inflación puede reaccionar con retraso frente a los retardos de política monetaria. Emito mucho hoy y eso genera inflación dentro de seis meses. Eso es verdad, pero no es inflación inercial, sino que reconoce que es un fenómeno monetario. Dejo de emitir y la supuesta inercia se corta.
-¿Cómo juega la teoría económica en las negociaciones salariales y la cláusula gatillo?
-El Gobierno considera que el ajuste salarial es inflacionario. Esto proviene de los modelos estructuralistas que asumen que hay sectores con distintas productividades: uno con alta productividad y otro con baja, pero hay sindicatos que actuan a lo largo y ancho de toda la economía. Si hay aumento uniforme de salarios, los sectores menos productivos no lo pueden absorber y lo trasladan a precios. Y eso genera una distorsión de precios relativos que da lugar a un proceso de inflación estructural. Pero hay un detalle, los mismos modelos estructurales de inflación asumen que para que todo esto se termine dando tiene que haber convalidación monetaria, quiere decir que el Banco Central emita todo lo que sea necesario. Es decir que termina siendo también un fenómeno monetario.
LOS MONOPOLIOS
-¿Qué rol juegan en la formación de precios los monopolios u oligopolios?
-A los monopolios los separo en dos: buenos y malos. Los malos son aquellos en cuyo origen está en algún lado el Estado. Por ejemplo al darle poder de monopolio a alguna empresa a partir de las regulaciones. Habría que preguntarles a los choferes de Uber. En cambio, los buenos son los productores privados de bienes o servicios que ofrecen los mejores productos a los precios más bajos, de manera que termina ganando todo el mercado. Un ejemplo trillado es Bill Gates. Tiene el monopolio de la informática con Windows y nos dio muchas soluciones para nuestra vida. El mercado premia al que da soluciones.
-¿Qué autores recomendaría leer para entender el fenómeno de la inflación?
-Recomiendo leer a autores de dos vertientes que son diferentes. Por un lado, Milton Friedman y Robert Lucas, ambos de la escuela de Chicago. El primero por su versión de las expectativas adaptativas, y el segundo por las expectativas racionales. Por otro lado, recomiendo leer a Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y Murray Rothbard, de la escuela austríaca. Esta escuela de pensamiento económico es la que tiene por escándalo el cuerpo teórico más profundo y consistente, el que mejor explica la economía.
-Las ideas liberales que pregona junto a economistas como Javier Milei o José Luis Espert tienen repercusión en los medios y redes sociales. ¿Qué lectura hace de esto?
-No quiero caer en engrandecer nuestra llegada al público. Creo que el público de la Argentina es mayoritariamente y esencialmente progresista y socialdemócrata. Creen fervorosamente en la intervención estatal y en las regulaciones del Estado. Avalan el rol del Estado como redistribuidor del ingreso porque sostienen que es más importante redistribuir que generar ingresos y crecer. Necesitamos 40 años de estas ideas liberales para hablar de una penetración significativa en la formación de las ideas de la sociedad y transformarla.

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