Vistas de página en total

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Sin reforma del Estado, mejor no dilapidar balas (publicada en Cronista el 02/11/2017)


Hablar de Reforma Estructural está de moda. El presidente Macri dijo que “se viene una agenda de reformas permanente" que implica una “transformación muy grande”. En el campo económico, las reformas estructurales a encarar son cuatro: i) la reforma del Estado, ii) la reforma tributaria; iii) la reforma laboral y iv) la reforma previsional.
Las cuatro reformas son importantes y deben ser encaradas a la brevedad, pero la reforma del Estado es la más importante de todas. Sin reducir el Estado y bajar el gasto, toda otra reforma es voluntarismo ineficaz. Sin reforma del Estado Argentina no recuperará el sendero del crecimiento perdido. En 1998/2016 el PBI per cápita de Argentina creció +16%, mientras que la región (+53%); Chile + (62%) y Perú y Colombia (+64%) crecieron significativamente más. Sin embargo, para Argentina esta dinámica se ha vuelto dramática en los últimos años. El PBI p/ cápita actual es más bajo que en 2011 (-7%) e igual que en 2008 (+0%).
¿Por qué Argentina es cada vez más pobre? Argentina tiene un gasto público consolidado de 43%/44% y una presión tributaria del 36%/37% del PBI, sobrepasando los estándares de la región por alrededor de entre 15 y 10 p.p. del producto; respectivamente. Esta sobredimensión del Estado ahoga al sector privado impidiéndole ganar dinero, desincentivándolo a invertir, ampliar su capacidad producción, mejorar su productividad y crear empleo. No aumenta la oferta agregada. No crece la economía. Estanflación de oferta por asfixia estatal.
Los empleados públicos totales (en los 3 niveles) pasaron de 2 a 4 millones, los planes sociales subieron de 150.000 a más de 4 millones y los jubilados más que se duplicaron creciendo de 4 a 8,5 millones de beneficiarios. Según el Proyecto Presupuesto 2018, en 2017 hay 24.776.708 de personas que reciben un cheque del Estado. Paralelamente, la población económicamente activa es 19.996.344, con 10,5 (7,7) millones de trabajadores que (no) aportan al SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentina). No cierra por ningún lado. Ni con todos en blanco alcanza.
La discusión económica de fondo y más importante es dónde (cuánto) achicar el Estado y en qué cuentas (cuánto) reducir el gasto. Hay que achicar el Estado y bajar el gasto para tener chances de potenciar la inversión, crear empleo y crecer “en serio”, minimizando los efectos negativos de un (potencial) endurecimiento de las condiciones financieras externas.
Está claro que el ajuste basado exclusivamente en el recorte de los subsidios económicos (suba tarifas) no alcanza y está condenado al fracaso. El ahorro por baja de subsidios económicos (-1,5% del PBI) es más que compensado por la suba conjunta de jubilaciones y planes sociales (+1,8% del PBI), lo cual explica el salto del déficit financiero a 7,0% del producto en 2017.
Por el contrario, la reducción del Estado y la baja del gasto público deben instrumentarse simultáneamente sobre las cinco principales cuentas que engloban el 94% del gasto primario (antes de intereses) del SPN: jubilaciones (43%); planes sociales (15%); empleo público (14%); subsidios económicos (12%) y obra pública (10%). En este contexto, hay que entender dos conceptos. Primero, es mentira que no se puede bajar el gasto y eliminar el déficit fiscal. Segundo y muy importante, se necesita convicción, decisión y valentía política para hacerlo.
¿Cómo achicar el Estado, bajar el gasto y eliminar el déficit? Traspasar la obra pública (2,3% del PBI) a manos privadas con un esquema de incentivos y garantías a la chilena y/o peruana, permitiría bajar el déficit fiscal de 7,0% a 4,7% del PBI. Adicionalmente, los subsidios económicos (2,8% del PBI) podrían ser eliminados de cuajo mejorando las condiciones de todas las variables (y no sólo las tarifas) de los contratos, permitiendo bajar el déficit fiscal hasta 1,9% del PBI. Así, el superávit fiscal se alcanzaría reduciendo parcialmente el gasto en planes sociales (3,5% del PBI) y empleo público (3,3% del PBI), que suman 6,8% del producto. Sin lugar a duda, esta reducción del Estado permitiría una Reforma Tributaria mucho más agresiva que la presentada por Dujovne, con la cual se alcanzaría la presión tributaria promedio de la región dentro 50 años. Sí, leyó bien. No es un chiste.
Sin embargo, el Gobierno ya eligió no “tocar” la obra pública, la planta de personal y los planes sociales que aumentan en el Proyecto Presupuesto 2018). En consecuencia, la baja del gasto y la reducción del déficit se materializarían sólo actuando sobre las jubilaciones (10,2% del PBI) y el déficit previsional (3% del PBI). Modificar el sistema previsional está muy bien; pero hacerlo sin “tocar” la obra pública, los planes sociales y el empleo público está muy mal.
El actual sistema jubilatorio hipoteca el crecimiento y futuro. El gasto en jubilaciones (10,2% PBI) casi iguala el gasto consolidado en educación (5,6%) y salud (6%). Sin cambios, en breve lo superará. Entre 2009 y 2017 el aumento del gasto en jubilaciones explica el 65% de la suba del gasto total, mientras que el déficit previsional (3,2%) explica casi la mitad del déficit financiero (7,0%) del SPN en 2017.
CFK quebró el sistema previsional creando una bomba fiscal que se potencia año tras año. El déficit previsional es explosivo como consecuencia de un efecto precio y un efecto cantidad. El efecto precio tiene origen en la fórmula que ajusta las jubilaciones. Desde 2008 a la fecha las jubilaciones acumulan un aumento de +950%, mientras que los salarios (+873%) y la inflación (+762%) crecieron menos. Es decir, las jubilaciones crecieron +24,6% en términos reales, sacándole 10 p.p. de ventaja a los salarios privados (+14,5%) y 24.p.p. al PBI /per cápita (+0%).
Por el contrario, si las jubilaciones hubieran crecido en línea con la inflación, el déficit previsional sería actualmente -0,7%; y no -3,2% del PBI. El efecto cantidad tiene origen en la duplicación de la cantidad de jubilados, de los cuales la mayoría corresponde a las jubilaciones otorgadas sin aportes. Limpiando ambos efectos, el gasto previsional rondaría 5,0% y el ANSES sería superavitario en 2,0% de PBI.

3 comentarios:

  1. dice "PBI p/ cápita actual es más bajo que en 2011 (-7%) e igual que en 2008 (+0%)" Analizo en MECON y dice 2017 USD 14.947, 2011 USD 13.321 (+12%) y 2008 USD 9.760 (+53%). ¿Q estoy haciendo mal? Saludos.!

    ResponderEliminar
  2. Inclusive si yo tomara hasta 2016 unicamente, desde 2004 dan así:
    4.302
    5.145
    5.952
    7.281
    9.099
    8.287
    10.412
    12.786
    13.890
    14.479
    13.214
    14.643
    12.508
    y no veo esas variaciones q mencionas en la nota de 2016/2011 y 2016/2008
    ¿Puede ser q NO estes tomando los USD Corrientes del PBI Per Capita?

    ResponderEliminar
  3. Desde ya te agradezco la aclaración y te mando un abrazo.
    @alerod31

    ResponderEliminar