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jueves, 29 de noviembre de 2012

LOS DESAFÍOS DEL SEGUNDO MANDATO DE OBAMA: MAYOR PRUDENCIA FISCAL NO IMPLICARÍA MENOR CRECIMIENTO.

El principal desafío económico del segundo mandato de Obama será resolver los problemas de elevado desempleo y al mismo tiempo diseñar una sendero alcanzable de reducción del déficit fiscal y del peso de la deuda en relación al producto. 
En pocas palabras, deberá consolidar la recuperación y el crecimiento económico en un marco de medidas fiscales que, al menos en el corto plazo, lucen como “contrarias” al nivel de actividad. Es decir, en su segundo mandato Obama va a tener que recortar el gasto público y, tal vez, subir impuestos. En el caso de tener que subir impuestos, la discusión va  a pasar por “qué impuestos subir” y a “quién subírselos”. No obstante, la suba de impuestos no está garantizada. En el mejor de los casos podría darse que con la baja del gasto “alcance” y no sea necesario subirlos.
Sin embargo, no hay que ser ni tan negativos, ni tan tremendistas. Primero, la economía americana no está en crisis, ni en recesión. El problema es que su crecimiento es endeble y el desafío es, justamente, robustecerlo. De acuerdo con nuestro análisis, el cambio de política fiscal que Obama necesitaría aplicar en su segundo mandato no atentaría contra el nivel de actividad en EEUU. Se puede entender esto último mirando la evidencia empírica del último lustro. La política fiscal excesivamente expansiva aplicada en 2009 / 2012 no sirvió para consolidar el crecimiento económico luego de la crisis de Lehman, por consiguiente no es un instrumento indispensable para el nivel de actividad actual de EEUU.
Es más, de acuerdo con nuestro análisis, la política fiscal expansiva que se estuvo aplicando durante los últimos años fue un obstáculo para un mayor crecimiento en EEUU, ya que impidió que la política monetaria expansiva de la Reserva Federal lograra reactivar el crédito y terminara consolidando un robusto crecimiento en EEUU.
¿Por qué la política fiscal expansiva fue el palo en la rueda del accionar de la Reserva Federal? Porque el aumento del gasto, del déficit fiscal y del peso de la deuda sobre el producto presiona las tasas de interés que el sector privado descuenta en el largo plazo hacia el alza, afectando negativamente los valores actuales netos (VAN) y las TIRs de sus negocios. En este escenario de menor crecimiento y rentabilidad esperados, el sector privado no invierte y no toma créditos por más que las tasas de corto plazo (la tasa de referencia de la Reserva Federal está en 0.25% n.a.) sean excepcionalmente bajas.
En pocas palabras, la política fiscal expansiva ha estado impactando en forma negativa sobre el retorno y la rentabilidad esperados de los negocios del sector privado americano, neutralizando el impacto potencial positivo de la política monetaria expansiva de la Reserva Federal.  ¿Cómo? Porque la baja de la tasa de interés de corto plazo que la Reserva Federal aplica en el mercado monetario queda contrarrestada (anulada) con la suba de tasas de largo plazo que genera la política fiscal laxa con su aumento del déficit y deuda pública.
De esta manera, un cambio de sesgo en la política fiscal hacia un perfil más prudente sería, contrariamente a lo que se podría suponer, una contribución positiva al nivel de actividad, ya que se alinearía con la política monetaria de la Reserva Federal, contribuyendo a la mejora de los VAN y TIRs de los proyectos de inversión del sector privado.  Es decir, la política monetaria expansiva que la Reserva Federal viene aplicando hace años necesita justamente una política fiscal más prudente para alcanzar su objetivo de consolidar el crecimiento económico de largo plazo.   

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