"El BCRA sabe que va por el buen camino y dice que no saldrá a mantener el dólar sistemáticamente"; y es correcto!
Varios sectores económicos vienen sosteniendo que se necesita un dólar más caro para ganar competitividad. Según trascendidos, el gobierno nacional habría tomado nota y maneja la posibilidad de tomar medidas para intentar “subir” el tipo de cambio. Entre estas medidas, se evalúa la posibilidad de reducir sustancialmente la oferta del mercado cambiario para impulsar la cotización del dólar.
¿Cómo se reduciría la oferta de divisas? El BCRA compraría todos los dólares de las colocaciones de deuda del gobierno nacional y de las
provincias para reducir la oferta de divisas en el mercado cambiario, y así no sólo ponerle un piso, sino subir el dólar. El problema es que esta medida engordaría el balance
del BCRA, dificultando la aplicación de la actual política monetaria
desinflacionaria.
¿Cómo sería el engorde
del balance del BCRA? Por el lado del activo, el BCRA acumularía reservas con la compra de
los dólares. Como contrapartida y por el lado del pasivo, se expandiría la base
monetaria con los “nuevos” pesos emitidos (para comprar los dólares). Las
reservas brindarían resultados positivos por diferencia de cambio (devaluación),
mientras que la expansión de base monetaria, al no pagar tasa de interés, no
tiene costos en materia de resultados.
Sin embargo, en el mediano plazo dicha expansión
de base monetaria presionaría sobre precios amenazando el cumplimiento de la
meta de inflación. Para evitar la aceleración inflacionaria, el BCRA debería absorber
dichos “nuevos” pesos colocando LEBACs y/o más pases. Es decir, la autoridad
monetaria debería swapear (cambiar) pasivos
no remunerados (base monetaria) por pasivos remunerados (pases y/o LEBACs),
potenciando el cuasi fiscal.
¿Por qué
dificultaría la política monetaria? Porque la compra neta de divisas proveniente de colocaciones de deuda (azul) es actualmente
la principal fuente de expansión de la oferta monetaria, significativamente más
relevante que la emisión para financiar
el déficit del Tesoro (rojo).
En este contexto, más compra de dólares de divisas implicaría mayor colocación de pases
y/o LEBACs. El BCRA pagaría mayores intereses alimentando el cuasi fiscal. Además, la (necesaria) mayor colocación de pases y/o LEBACs dificultaría la
baja de la tasa de interés. En este sentido, la tasa de interés de referencia
no bajaría o descendería más lentamente, dificultando el ejercicio de la
política monetaria de metas de inflación.
Si el BCRA interviene sistemáticamente comprando todos los dólares de las colocaciones de deuda (Federal
y Provinciales) para sostener el tipo de cambio, se estaría pasando de un régimen de metas de inflación puro con un
único objetivo (inflación) a otro régimen de metas de inflación bi-dimensional con
dos objetivos (inflación y tipo de cambio).
El problema es que
mantener un determinado tipo de cambio puede minar la transparencia y
la credibilidad del BCRA, aumentando los niveles de incertidumbre con respecto a las preferencias del BCRA en lo concerniente a una más baja tasa de inflación y cumplir el objetivo. En este
sentido, el objetivo tipo de cambio
tiene implícito detrás el objetivo nivel de actividad, que no es mostrado hacia
el público. Este objetivo oculto aminora la credibilidad en
el sistema de metas de inflación, las expectativas de inflación no bajan (o
suben) y en consecuencia la inflación deja de bajar (o sube); y la meta no se cumple.
En este marco, incluir al tipo de cambio (y el nivel de actividad) dentro de los
objetivos del sistema de metas de inflación hace que el ajuste de la
inflación hacia la inflación objetivo sea más lento. La respuesta de la inflación a
la tasa de interés será aún más lento y más tiempo se tardará en bajar la
inflación. La meta no se cumplirá, se lesionará la credibilidad del Central y
el todo el Programa Monetario perderá efectividad de aquí hacia 2019.
¿Qué terminará
haciendo el BCRA?
A ciencia cierta no tengo certeza. Sin embargo, el BCRA ya salió a desmentir que
saldrá a mantener (subir) el tipo de cambio; y está bien que no salga a mantener el dólar. En este sentido, la autoridad monetaria sabe que va por el buen camino y no lo tiene que cambiar.
Según sus funcionarios, “el tipo de cambio no tiene techo, ni piso” y “las intervenciones en forma directa son y serán por cuestiones extraordinarias”. Según el BCRA las compras no serán habituales, sino extraordinarias. En este sentido, dieron dos ejemplos puntuales de recientes excepciones: i) compraron los dólares del Banco Nación (usd400 millones) porque la entidad tuvo exceso de dólares del blanqueo y no tenía donde canalizarlo. Fue una operación, dicen en el mercado, de US$ 400 millones; ii) compraron usd300 millones de la colocación de deuda de la provincia de Bs.As.
Según sus funcionarios, “el tipo de cambio no tiene techo, ni piso” y “las intervenciones en forma directa son y serán por cuestiones extraordinarias”. Según el BCRA las compras no serán habituales, sino extraordinarias. En este sentido, dieron dos ejemplos puntuales de recientes excepciones: i) compraron los dólares del Banco Nación (usd400 millones) porque la entidad tuvo exceso de dólares del blanqueo y no tenía donde canalizarlo. Fue una operación, dicen en el mercado, de US$ 400 millones; ii) compraron usd300 millones de la colocación de deuda de la provincia de Bs.As.
De acuerdo con nuestra visión, si el BCRA sigue teniendo la inflación como
único objetivo y no se pasa a un sistema de metas de inflación con objetivo
doble (inflación y tipo de cambio), hay chances (no certezas) de cumplir le meta. No será fácil, pero tampoco imposible. Aún con
una inflación mayor al 2% mensual en febrero y abril, la meta de inflación podría
cumplirse, porque hay chances que la inflación mensual caiga a 1% hacia mitad de año
y segundo semestre.
Sin embargo, tampoco estamos seguros que la política no avance sobre el BCRA, presionándolo para que sostenga el tipo de cambio, lo cual redundaría en una
pérdida de independencia, mayor inyección de
liquidez, menor credibilidad, más expectativas de inflación e incumplimiento
de
la meta.
De hecho, hace semanas que venimos insistiendo con
estas dos posibilidades. Hay que seguir de cerca los acontecimientos para anticipar
hacia que escenario se vuelca la balanza. Con independencia, preocupándose sólo
de la inflación y sin ocupándose de inflar el tipo de cambio, hay chances (no
certezas) de cumplir la meta (línea azul). Por el contrario, con la política
avanzando sobre el BCRA y sosteniendo e inflando el tipo de cambio, la meta
será incumplida (línea roja).
Excelente analisis
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