Mi colega Javier Milei en su nota “Milton Friedman y la inflación en Argentina” agrupa las contribuciones del padre del Monetarismo en 4 grandes bloques. En esta nota voy a desarrollar la discusión “Reglas vs. Discrecionalidad” (4° bloque), lo cual me conducirá a proponer una política monetaria de reglas que, con la teoría cuantitativa como herramienta del análisis económico (3° bloque), permitiría que Argentina bajara su inflación hasta los estándares regionales.
Friedman con su “Teoría Moderna de la Política Económica” sentó las bases teóricas para abandonar las políticas discrecionales intervencionistas Keynesianas y abrazar las políticas de reglas, las cuales aceleraron la acumulación de capital, elprogreso tecnológico y elcrecimiento durante los últimos 30 años, permitiendo bajar (aumentar) los niveles de pobreza (la calidad de vida) como nunca antes en la historia de la humanidad. El ingreso per cápita de hoy es más elevado que el de 1980.
Antes de Friedman, el paradigma Keynesiano, hegemónico entre 1930 y 1970, nos había “prometido” que con discrecionalidad, intervencionismo y política fiscal expansiva de incentivación de la demanda con gasto público (la política monetaria era ineficaz), el “policy maker” nos proveería debienestar general. El sustento teórico detrás de las recomendaciones keynesianas era “La Teoría Tradicional de la Política económica”, que postulaba que el policy maker (eligiendo “ganadores” y “perdedores”) era superior al mercado (asignando recursos a partir de la señales de precios).
La Teoría Tradicional sostenía que el policy maker era un ente benévolo que no perseguía objetivos individuales, sino la maximización del bienestar de los ciudadanos. A su vez, asumía que el policy maker sabía en qué consistíaese bienestar y tenía toda la información necesaria para maximizar dicho bienestar, conociendo a la perfección el modelo económico y el impacto (fuerza y tiempo) de su política sobre las variables económicas. Además, dicho andamiaje, al no incluir expectativas, asumía que el públicono trataba de esquivar los efectos de su política económica. En este marco, el policy maker debía tener total discrecionalidad porque sabía qué y cómo hacer para maximizar el bienestar social; y por eso lo mejorera dejarlo intervenir y elegir ganadores y perdedores.
Sin embargo, la evidencia empírica de fines de los 60s y comienzos de los 70s con bajo crecimiento, alto desempleo yelevada inflación mostraba que el sustento teórico y las recomendaciones Keynesianasno eran correctos. En ese marco, Milton Friedmandesarrolló “La Teoría Moderna de la Política Económica”,que sostuvo que el policy maker perseguía objetivos particulares (re-elección; maximizar su utilidad; beneficiar a un determinado grupo social; etc) que podían no estar correlacionadas con el bienestar general, y asumía que el policy maker no conocía el modelo a la perfección, por lo cual no sabía ni la fuerza, ni elretraso temporal de los efectos de su política. Además, argumentaba que los políticos suelen proponerse más objetivos que instrumentos de los cuales cuentan para alcanzar dichos objetivos, lo cual conduce a que no se alcance ningún objetivo (inconsistencia dinámica de las políticas). El BCRA es un ejemplo paradigmático en este sentido. Su carta orgánica fija más objetivos (estabilidad monetaria, la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social) que instrumentos de los cuales dispone. Friedman incluye, por primera vez, la psicología en la teoría económica, demostrando que si el público forma expectativas correctas, la emisión termina generando sólo inflación y nada de crecimiento.
Bajo el paradigma de la “Teoría Moderna de la Política Económica”, Friedman demuestra que una política económica basada en reglas es superior a una política discrecional. Si el público conoce la regla del gobierno y forma racionalmente sus expectativas, la política discrecional fracasa como política óptima y una política de reglas arroja una pérdida inferior.Las políticas de reglas deben ser: i) eficientes (minimizar la volatilidad de la variable elegida como regla); ii) sencillas (fácilmente entendida y no entorpecer la formación de expectativas); iii) precisas (no hay dudas de que se sigue o no); iv) transparente (debe ser anuncia para que el público la conozca y la incorpore a su formación de expectativas); v) robusta (válida para cualquier modelo de economía) y vi) mecanismos de responsabilidad y castigo (renuncia si no se cumple).
La política monetaria desmedidamente expansiva, discrecional e inconsistente (más objetivos que instrumentos) del BCRA ha acumulado una inflación minorista de 438% en 2008/2015 (IPC Congreso). En este período, la inflación (IPC Congreso) y las expectativas de inflación (UTDT) promedian respectivamente el 25.0% y 27.1% anual, confirmando que Friedman tenía razón y que el público forma correctamente sus expectativas de inflación en el largo plazo. En el mismo, período la base monetaria se expandió un 425%, confirmando que las expectativas son racionales y el público espera más inflación cuando anticipa que el BCRA emite “pesos de más”.
Para bajar la inflación, volver a crecer y bajar la pobreza en serio, se debe establecer una regla de política monetaria que convenza al público que el BCRA dejará de emitir “de más”, para que estosbajensus expectativas y disminuya la inflación.En este sentido, se debe eliminar las inconsistencias, y para ello hay que reformar la Carta Orgánica y la inflación debe ser el único objetivo del BCRA. Dado la formación de expectativas y la relación existente entre cantidad de dinero y la inflación en Argentina, en el corto plazo se debe ir hacia una regla de instrumentos que conduzca la política monetaria en base a una regla que fije la tasa de crecimiento de M1. La disminución del ritmo de emisión monetaria reducirá las expectativas de inflación del público; y con ello bajará la inflación. Esta política deberá mantenerse hasta que la inflación de Argentina converja a un dígito anual en el mediano plazo. Luego, con la credibilidad y la reputación anti inflacionaria ganada a partir de los hechos, recién ahí el BCRA podrá virar hacia una evolución más reciente en materia de política de reglas. Con las expectativas inflacionarias domadas y la inflación en un dígito, el BCRA podría iniciar el camino que la mayoría comenzó a transitar en los ‘90s y 2000s, virando hacia una regla de objetivos de Metas de Inflación) que es una evolución posterior de las reglas de instrumento y permite algo más de grados de libertad al Central. Chile, Perú, Colombia y tantos otros países emergentes (Desarrollados también) aplican Metas de Inflación y todostienen estable y baja inflación (entre 2% y 5%) con crecimiento económico.
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