La inflación de
abril 2017 (según INDEC) se ubicó en +2,6%, acumulando +9,1% (29,7% anual) en
el primer cuatrimestre. Se plantea que el BCRA debe subir la meta de inflación
para mostrar cumplimiento y sincerar la “inexorable” mayor inflación. De
acuerdo con esta visión, mayor laxitud monetaria permitiría “lubricar” la
economía generando más actividad.
Cambiar la meta
sería un grave error por 5 razones. Primero, la meta es una regla de objetivos,
es decir una institución sobre la que se edifica la política monetaria. Por
consiguiente, cambiar la meta de
inflación es quebrantar una institución de la República violentando una regla.
Segundo, cambiar la meta de inflación sería violar
la independencia del BCRA, lo cual tiene costos en términos de credibilidad y
reputación. Menos credibilidad y reputación incrementan las expectativas de
inflación y el piso de la inflación observada. Es decir, subir la meta no
permite cumplir, sino que sirve para que el piso del incumplimiento sea más
elevado.
Tercero, relajar la meta de inflación y
flexibilizar la política monetaria no sirven para estimular la actividad y el
empleo. Los economistas que proponen cambiar la meta y flexibilizar la
política monetaria están tan equivocados que se auto contradicen. Por un lado,
proponen cambiar la meta para igualarla a las expectativas de inflación y a la
(supuesta) inflación observada, lo cual implica que el público formula
correctamente sus expectativas. Pero por el otro, tanto la teoría como la
evidencia muestran que la política monetaria expansiva (contractiva) incentiva
(enfría) la actividad y el empleo sólo cuando los agentes económicos se
equivocan en sus expectativas. En este marco, endurecer la política monetaria baja la inflación mucho más de lo que
enfría la economía.
Cuarto, cambiar la meta, al acelerar la inflación,
afecta la distribución del ingreso en contra de los más vulnerables, que
pagan más impuesto inflacionario (en términos de ingresos) que los sectores de
arriba de la pirámide.
Quinto, cambiar la meta de inflación 2017 implica (también)
subir los objetivos 2018/2019, asegurando convivir con más inflación por
más años. Esta perpetuación de la alta inflación significaría menos incentivos
para invertir, ganar productividad, generar puestos de trabajo y demandar
empleo (menores salarios). En definitiva, cambiar
la meta de inflación significa menor crecimiento proyectado para los próximos
años.
De acuerdo con
nuestro análisis, la meta de inflación
no debe ser cambiada y la política monetaria debe endurecerse para intentar
alcanzar la meta del 17% o aproximarse lo más posible a ella. No es fácil,
pero tampoco imposible. Al mismo tiempo, no sobra tiempo.
La actual aceleración de la inflación
responde a que la política monetaria se ha relajado antes de lo debido y más de
la cuenta, sobre todo a partir de noviembre pasado cuando la política avanzó
sobre el BCRA y la tasa bajó -200bps. Según los datos del BCRA y del INDEC,
en noviembre’16/abril’17 (ya sin tres meses de estacionalidad positiva) la base
monetaria creció +5,2% en términos reales, ya que su expansión nominal (+18,0 %)
superó la inflación (+12,2%). Contra el
nivel de actividad, en nov’16/feb’17 (último dato EMAE y un mes después
terminada estacionalidad positiva) la base monetaria (+13%) creció +12,5% por
arriba de la actividad (+0,6%).
El BCRA debe volver rápidamente sobre sus pasos, corrigiendo
y endureciendo su política monetaria lo antes posible. En este sentido, la
cantidad nominal de dinero debe reducirse durante los próximos meses de manera
que baje significativamente en términos reales. Esta reducción de los saldos
reales le permitiría al BCRA aprovechar su bala de plata, que es el aumento
estacional de la demanda de dinero en julio (pago aguinaldo). Con política
monetaria fuertemente contractiva y aumento de la demanda de dinero, la
inflación tiene chances de desplomarse en el segundo semestre y la meta de
inflación podría cumplirse.
No hay mejor
inversión macroeconómica que invertir en política monetaria dura. Los más
vulnerables serían los más beneficiados. El caudal de votos podría subir por la
baja de la inflación. Paradójicamente, el ala política no “la ve”.
Hola Diego, muy buen post. Sigo mucho tu trabajo y el de Javier Milei. Estudio economía y quería hacerte una pregunta. Bajo tu visión y punto de vista: ¿Por qué USA triplicó su base monetaria y el nivel de precios no aumentó como se esperaba? Según la visión monetarista como se explica este fenómeno. Desde ya, muchas gracias. Alan.
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