No hay certezas sobre el curso de la
negociación, su ingeniería y mucho menos sobre sus potenciales resultados. Sin
embargo, creemos que acordar y llegar a
una solución definitiva es lo mejor para el bienestar de todos los ciudadanos de
este país en el largo plazo.
Acordar
con los holdoutsnos abre la posibilidad de retornar a los mercados voluntarios
de financiamiento y así recibir el flujo de ahorro en dólares provenientes del
mundo. El riesgo país y el costo de financiamiento también podrían
bajar, convirtiéndose en una buena plataforma para la recuperación de la IED,
uno de los talones de Aquiles de la economía argentina durante los últimos años.
De hecho, en los últimos 10 años Argentina cayó de su histórico tercer lugar (detrás
de Brasil y México) al sexto puesto como país receptor de IED en la región.
Lograr un acuerdo sería fundamental para atraer IED y conseguir financiamiento para todas las obras de infraestructura que necesita nuestro país en la próxima década, que según diferentes estudios alcanzarían aproximadamente usd290.000 MM. El 86% de esas inversiones deberán estar dirigidas hacia Redes Viales, Energía Eléctrica y Gas y Oil. Puntualmente, las hidrocarburíferas demandarán inversiones por usd 107.000 millones.
Por el contrario, si no se acuerda y se
cae en default, todas esas potenciales e indispensables inversiones se
perderían. Sin esas inversiones y considerando el actual estado de saturación
de la infraestructura presente, el propio aumento de la población nos llevaría
a un colapso que tendría un impacto muy negativo sobre la productividad, el
crecimiento económico, el empleo y sobretodo el bienestar de la población.
Además, es muy importante resaltar
que las actuales condiciones del mercado internacional son las más favorables para
acordar y cerrar la negociación con los fondos Buitres. Por un lado, hay alta liquidez internacional, la
tasa de referencia en EEUU continúa en su mínimo histórico y Europa ha bajado
la tasa de referencia a 0.15%, lo cual constituye un nuevo “piso” para el costo del capital
Europeo. Además, el BCE fijó una tasa negativa para los depósitos de -0.1% y se
espera que inicie una fuerte política de expansión monetaria tendiente a
despejar las amenazas de deflación que azotan a la unión monetaria europea.
Sin embargo, en EEUU se espera una lenta recuperación
del crecimiento económico, que ya se manifiesta, y un mayor costo del capital y
suba de tasas que comenzaría a materializarse en 2015 y continuaría en 2016 y 2017. De
hecho, de los 16 miembros del Comité de Política Monetaria de la Reserva
Federal de EEUU, 13 piensan que la tasa subirá en 2015, mientras que por otra
parte sólo 1 sostiene que debería subir en 2014 y tan sólo 2 en 2016. De hecho,
lo más probable pareciera ser que la tasa de referencia, que en la actualidad
está en 0.25%, subiera hasta 1% en 2015 y 2% en 2016 situándose en promedio en
torno a 4% en el largo plazo. También se espera mayor crecimiento y mayores
rendimientos en la economía mundial, lo cual empeoraría las condiciones que los
acreedores nos exigirían en el futuro en caso de no acordar y cerrar el tema
deuda ahora.
En pocas palabras, si Argentina no acuerda y entre en default estaría desaprovechando
condiciones financieras internacionales inmejorables para solucionar el tema de
la deuda en forma definitiva y por el contrario, sin lugar a duda en el futuro
tendría que afrontar más costos a la hora de negociar, reestructurar y
normalizar su deuda nuevamente. Además, la próxima administración debería
reestructurar un monto de deuda mayor, ya que el taxímetro de la deuda volvería a correr
contabilizando intereses por mora y punitorios. Por
el contrario, si se aprovecha el inmejorable contexto internacional y
termina cerrando y acordando un programa
de pagos con los fondos buitres, la próxima administración recibiría el
horizonte financiero despejado y podría destinar sus mayores esfuerzos a atraer
IED y modernizar los servicios públicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario