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miércoles, 19 de junio de 2013

LA ECONOMÍA ESTÁ BRINDANDO SEÑALES MIXTAS,

PERO LOS PROBLEMAS DE FONDO NO SE

SOLUCIONAN

El enfriamiento del nivel de actividad comenzó a manifestarse en la primera mitad de 2011. Sin embargo, el cepo cambiario impuesto a fines de 2011 modificó el escenario, impulsó la caída de las tasas de crecimiento. El incremento del dólar paralelo y la brecha cambiaria pospuso las decisiones de gasto de los consumidores, afectando negativamente  el consumo, la inversión y el nivel de actividad.
Todos los indicadores del nivel de actividad, que ya se venían desacelerando antes de cepo, se desplomaron con la intensificación trabas en el mercado cambiario. Según datos oficiales del INDEC, la industria experimentó 11 variaciones interanuales negativas entre marzo de 2011 y marzo 2012. Paralelamente, los despachos de cemento presentaron 12 variaciones interanuales negativas consecutivas entre abril 2013 y marzo 2012. Al mismo tiempo, las tasas de variación interanual del consumo en supermercados y centros comerciales también se deterioraron marcadamente a partir del establecimiento del cepo cambiario en octubre de 2011 hasta los primeros meses de 2013. Lo mismo con la tasa de crecimiento interanual de la recaudación total, que cayó en el acumulado anual de 32% (2011) a 26% (2012). De hecho, en marzo 2013 y en el acumulado de los últimos 12 meses nuestro ISAE muestra variaciones interanuales negativas de -1.1% y de -0.2% respectivamente.
Sin embargo, en abril y mayo aparecen señales mixtas desde algunos indicadores económicos. Hay señales que muestran mejoras marginales y otros cuya tendencia sigue siendo negativa. Centrándonos en los números positivos, en mayo 2013 la recaudación nacional creció un 28%; es decir 7 puntos porcentuales más que en el mismo mes del año anterior y alrededor de 3 puntos porcentuales más que la inflación minorista relevada por el Congreso. Paralelamente, en abril ’13 la industria creció un 1.7% interanual. Sin embargo, si se deja de lado el comportamiento positivo del sector automotriz, que se recupera “de la mano” de Brasil, el resto de la industria cayó un 4% interanual. Es más, en mayo’13 la producción automotriz creció 32% interanual y 5.4% intermensual arrastrando al alza al agregado industrial.
El patentamiento de autos de abril 2013 es un muy buen ejemplo en materia de señales mixtas. En abril 2013 se patentaron 81.411 vehículos, lo cual representa un incremento del 33% con respecto al mismo mes del año anterior (60.834). A priori, este indicador podría ser interpretado como una señal positiva de recuperación de la demanda interna, la producción y el nivel de actividad. Sin embargo, si se tiene en cuenta que el 58% de los patentamientos corresponden a vehículos importados, la conclusión podría virar hacia el sentido contrario. Los autos importados no contribuyen positivamente ni a la producción de la industria, ni al nivel de actividad global. Por el contrario, sólo reflejarían los problemas que emergen del dólar paralelo y la brecha cambiaria. En pocas palabras, los autos importados no serían otra cosa que dólares comprados al tipo de cambio oficial (y sin impuesto del 20%) por parte de la gente que no puede acceder a la divisa norteamericana. En este sentido, habría que recordar que gran parte de estos autos podrán ser vendidos en dólares en el mercado de los usados en el futuro.
Al mismo tiempo y por primera vez en mucho meses, la Construcción también volvió a mostrar tasas de crecimiento interanual positivas en abril 2013. En el acumulado de los primeros cuatro meses del año y en abril 2013 registra un crecimiento interanual de 1.7% y 3.6% sin estacionalidad. Al mismo tiempo, las exportaciones de productos primarios crecieron un 43% interanual en abril pasado, mientras que en el primer trimestre habían crecido tan sólo un 8%. En este escenario y luego de varios meses con variaciones interanuales negativas, en abril 2013 nuestro ISAE E&R muestra que la economía habría vuelto a registrar un crecimiento interanual positivo de +0.4%.
Estas señales mixtas deberían ser consideradas como una señal positiva. Sin lugar a duda es mejor que haya señales mixtas a que todas las variables de la economía muestren una inconfundible tendencia negativa. No obstante, no estaría claro la sustentabilidad en el mediano plazo de las señales mixtas. Menos claro o más incierto aún es que estas señales mixtas puedan consolidarse en una tendencia estructural positiva en el mediano y largo plazo.
La inflación, el cepo, la brecha cambiaria y el dólar paralelo siguen presentes. Es decir, los principales motivos que explican el fuerte enfriamiento del nivel de actividad se mantienen. No obstante, hay que resaltar que el dólar paralelo y la brecha cambiaria se redujeron. El dólar paralelo bajó 18% y la brecha cambiaria se angostó del 95% al 60%.
Esta baja del dólar paralelo y la reducción de la brecha son buenas noticias para la macroeconomía argentina. Si el dólar paralelo se mantuviera o continuara bajando reduciendo la brecha cambiaria, probablemente aumentaría la probabilidad que el nivel de actividad se recuperara. De esta forma, quedaría demostrado que las inconsistencias cambiarias son el principal responsable del enfriamiento del nivel de actividad.
Del otro lado, si el dólar paralelo volviera a subir y la brecha aumentara, entonces las señales mixtas probablemente no  se consolidarían en una tendencia positiva y el nivel de actividad continuaría enfriándose. No obstante, todavía es demasiado apresurado, hay que esperar la evolución de las variables en mayo (hay pocos datos), junio, julio y agosto. En este sentido el cierre del segundo y el comienzo del tercer trimestre serían definitorios para poder tener más precisiones en relación al signo de la tendencia.
A pesar de que debemos esperar para sacar conclusiones más certeras sobre la evolución de las señales mixtas en el mediano plazo, en el presente podemos analizar la probabilidad que tiene el dólar paralelo de mantenerse o seguir bajando en el mediano y largo plazo.  
Las causas del aumento del dólar paralelo son la inflación (que acelera las expectativas de devaluación), el cepo mismo (que convierte al dólar en bien escaso) y las políticas fiscal, monetaria y de deuda del gobierno. El combo actual de estas tres políticas conduce a una excesiva expansión monetaria y a la masiva pérdida de reservas, deteriorando el balance del BCRA y aumentando el tipo de cambio de cobertura, lo cual hace subir al tipo de cambio paralelo.
Este año el BCRA debe emitir $100.000 millones (33% de la base monetaria) de pesos sólo para financiar al tesoro este año. A esta emisión hay que sumarle los pesos que la autoridad emite para comprar el superávit comercial. Hasta ahora el BCRA casi “no tuvo” que emitir pesos para financiar el Tesoro, ni tampoco para comprar el superávit comercial, que mayormente “entra” durante los próximos meses. En la actualidad ($303.575 MM) la base monetaria se ubica -1.2% por debajo del valor de fines de diciembre 2012 ($307.352 MM). Todos los años sucede lo mismo. La base monetaria no crece demasiado en la primera mitad del año, sino que se expande en el segundo semestre. La fuerte emisión de pesos para financiar al Tesoro tendrá lugar entre principios de julio y fines de diciembre, cuando el sector público debe abonar los dos medios aguinaldos, pagar el gas importado por el invierno y los vencimientos de deuda en pesos.
Las reservas cayeron -10.3% en lo que va del presente año, ya que su stock se redujo de 42.290 (31/12/2012) a 38.814 millones de dólares porque el BCRA financió al Tesoro y vendió dólares. Sin embargo, el gasto de reservas también tiene lugar mayoritariamente en el segundo semestre del año, ya que en septiembre vence el BODEN 2013. En este marco, se debería esperar que en la segunda mitad del año la base monetaria aumentara considerablemente y las reservas bajaran aún más, con lo cual el balance de la autoridad monetaria se deterioraría. Por consiguiente, lo más probable sería que el tipo de cambio de cobertura, que en la actualidad se ubica en 7.82 pesos por dólar, subiera en la segunda mitad del año. Según nuestras estimaciones, el tipo de cambio de cobertura cerraría el año en torno a 11 pesos por dólar, por lo que no se podría descartar la probabilidad que el dólar paralelo se ubicara por encima de ese valor.
Además,  el aumento de precios,  otro factor que influye sobre las expectativas de inflación y el dólar paralelo, tampoco cede terreno. La inflación es un fenómeno estrictamente macroeconómico. Los antídotos contra la inflación sólo pueden venir desde la política macroeconómica,  es decir deben provenir desde la política fiscal y/o monetaria. En los últimos ocho años Argentina no utilizó ni la política fiscal, ni la monetaria para combatir el aumento de precios y nuestra tasa de inflación anual siempre quintuplicó o sextuplicó la registrada en Chile; Brasil; Perú; Colombia y/o Uruguay.
En este marco, sólo con un cambio en las actuales política fiscal y/o monetaria (mediante) habría probabilidad que la inflación se redujera considerable y sustentablemente y los problemas de fondo comenzaran a ser encarados y solucionados. La economía argentina estaría en el punto en el cual una política fiscal más austera y una política monetaria más prudentes serían virtuosas y fomentarían el consumo, la inversión y la generación de empleo genuino. Todavía no hicimos el cambio. Todavía hay tiempo.


 

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