El aumento de la
tasa de desempleo, de 6.8% (IIIT’13) a 7.5% (IIIT’14) demuestra que la actual estanflación
se explica por una contracción de la oferta agregada de la economía; y no por
problemas en la demanda agregada como piensa el gobierno. Es decir, en la economía argentina está
cayendo el nivel de actividad y se
acelera la inflación (ambos contra 2013) porque se contrae la oferta agregada. Por
el contrario, sin contracción de oferta agregada y con insuficiente demanda
agregada insuficiente, la inflación se estaría desacelerando.
La oferta agregada
se contrae porque los niveles de inversión son insuficientes, lo cual afecta negativamente al stock de
capital, contrae la frontera de posibilidades de producción, reduce los puestos
de trabajo y como consecuencia, termina afectando negativamente al consumo y la
demanda agregada. En pocas palabras, la caída del consumo y la demanda agregada
son una consecuencia y no la causa de nuestros principales problemas de nivel
de actividad.
Nuestra lógica
queda en evidencia cuando se observa que la demanda de trabajo de las empresas
(-1.6p.p.) cae más del doble de lo que aumenta el desempleo (+0.7p.p.). En concreto la tasa de empleo alcanzó
un 41.3%, es decir 1.6% menos que durante el mismo trimestre de 2013. Es más, esta tasa de empleo del tercer trimestre fue la más baja desde el 2006
(42,2%), año en que según los relevamiento privados, la economía se encontraba
lejos de su frontera de posibilidades de producción; de modo que la caída en la demanda de
trabajo refleja la contracción del stock de capital y la destrucción de puestos
de trabajo en el lado de la oferta agregada de la economía.
Del otro lado del mercado laboral, la oferta
de trabajo, también se reduce 1.4%., cayendo de 46,1% en IIIT-2013 a
44,7% en IIIT-2014. Probablemente, la oferta de trabajo este cayendo por un
motivo de desánimo. Justamente, esta fuerte caída de 1.4% de la oferta de
trabajo representada por tasa de actividad (PEA/
población) es la que evita un mayor aumento de la tasa de desempleo.
No obstante, la debilidad del mercado laboral no sólo se ve en su achicamiento por
contracción de la oferta y la demanda de trabajo, sino también queda en
evidencia en el avance de la subocupación, que asciende a 9,2% de la PEA
(1.114 mil trabajadores) y a aproximadamente el 10% de los ocupados. De modo
que si se recalcula la tasa de desempleo incluyendo a los sub-ocupados, ésta
aumentaría de 15,5% (IIIT’13) a 16.8% (IIIT’14) de la PEA.
Diagnóstico de la actividad y
del mercado laboral
La actual estanflación se explica a
partir del hecho que la curva de oferta
agregada se desplaza hacia la izquierda, mostrando una caída de la producción y
del nivel de ingreso, mientras que al mismo tiempo suben los precios. La
evidencia da sustento a nuestro análisis. El nivel de actividad regional, de acuerdo con el PBG E&R, habría
caído aproximadamente un 4% interanual durante el tercer trimestre del año
respecto del mismo período del 2013, vaticinando una caída promedio anual de
3.2% para todo el año. Es más, en esta
oportunidad la estanflación afecta negativamente (con diferente fuerza) la producción
de todos los sectores de la oferta agregada.
Lógicamente, la escasa inversión termina
destruyendo el stock de capital, reduce los niveles de producción y en
consecuencia arremete contra el empleo. La caída en la demanda de empleo hace
que las remuneraciones no pueden seguir el ritmo de la inflación; lo que
comienza a jugar en contra del poder adquisitivo del salario y por ende del consumo, generando como
resultado final una reducción de la demanda agregada. En este sentido, hay que tener bien en claro que esta caída
del salario, del consumo y su consecuente reducción de demanda agregada son
consecuencia de la contracción de la oferta y de la caída de los niveles de
producción; no su causa.
Empleo público como red de la demanda de trabajo
El gobierno tiene equivocados diagnósticos.
Las autoridades piensan que la actual recesión es un problema de insuficiencia
de la demanda agregada y en consecuencia, el gobierno intenta revertir
la caída del consumo con políticas de incentivo a la demanda agregada. Pero de
diagnósticos erróneos, sólo pueden surgirá malas políticas y por ende, peores
resultados.
El gobierno está hundiendo la economía con sus políticas equivocadas,
que sólo logran agravar los problemas induciendo más inflación, peores
expectativas y, consecuentemente, mayor contracción de la oferta agregada y de
la demanda de empleo. Justamente, el gobierno nacional ha puesto en
práctica una agresiva política de expansión del gasto público destinada a
impulsar la demanda agregada para contrarrestar la caída del nivel de
actividad. Una de las
particularidades de estas políticas de incentivo a la demanda ha sido ampliar
las erogaciones destinadas a incrementar el empleo público. Como muestra el
gráfico siguiente el gobierno
consolidado (nación + Provincias) fue ganando participación en el mercado
laboral, pasando de absorber un 18.3% de los ocupados en 2003 hasta alcanzar un
22.5% en 2014.
Sin embargo, el gobierno nacional pasó a ser el sector más dinámico como demandante
de mano de obra, lo cual es
paradójico ya que los servicios públicos esenciales son prestados por los
gobiernos provinciales, no por el Nacional. En otras palabras, si se oferta
(demanda) más educación, más salud, más seguridad y mejor justicia, se deberían
contratar nuevos docentes, médicos, policías y jueces, por ende debería subir
la planta de personal provincial. Pero no, lo que más aumenta es la dotación de
empleados públicos del Estado Nacional, que no presta ningún servicio público
esencial. El empleo público nacional aumenta en las empresas públicas, cuyo
déficit creció 151.4% (+$15.177 MM) el último año, pasando de $10.025 MM (2013)
a $25.202 MM (2014).
El gasto en personal (+40%)
alcanzará los $140.726 millones, con un aumento implícito cercano al 40%
respecto del año anterior, superando por 10 p.p. los incrementos salariales
(del 30% aproximadamente) otorgados a los trabajadores. El aumento de la planta
de personal registrado en 2014 supera ampliamente lo presupuestado, como sólo se vio entre 2007 y 2008 tras
las elecciones presidenciales y el surgimiento de la crisis financiera
internacional. En dicho período la suba del gasto en personal por sobre la
pauta salarial fue de 11 y 13,1 puntos porcentuales respectivamente. En esos
años la paritaria oficial dio un aumento del 19% y 19,5% respectivamente cuando
el gasto creció el 30% y 32,6% en 2007 y 2008.
Nada es casualidad. Es un año electoral y
sólo falta un año para que dejen el poder. El
problema es que se generan puestos de baja productividad que son financiados
con emisión monetaria, lo cual tiene efectos nocivos de corto plazo (inflación,
expectativas de devaluación, inestabilidad) y efectos negativos de mediano y
largo plazo (tasa de crecimiento, PBI per cápita y nivel de vida de la
población.)
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