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lunes, 5 de diciembre de 2016

Crecimiento 2017: +1,0% escenario Base

Albert Einstein decía “si quieres resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Esta frase es válida para los resultados económicos y la política económica. Puesto en términos de actualidad macroeconómica argentina la frase se convierte a “si quieres volver a crecer, deja de aumentar el gasto y el déficit fiscal; es decir abandona la política fiscal expansiva.”

Argentina está sumergida en una crisis de crecimiento hace 8 años. Hay crisis de crecimiento cuando el PBI per cápita cae sostenidamente durante varios años afectando negativamente la calidad de vida de los ciudadanos.

De acuerdo con la estimación E&R, el PBI caería -2,5% este año, con lo cual el PBI per cápita de fin de 2016 sería un -1,8% más bajo que en 2008 y un -7,8% inferior a 2011; ubicándose un       -3,0% por debajo del nivel de fines de 2015. Esta performance de crecimiento de Argentina es la peor de la región (dejando el caso de Venezuela aparte) en el período 2008/2016.

La crisis de crecimiento argentino es producto de la mala política fiscal aplicada durante los últimos. Hace más de 6 años que se aplica una política fiscal desmedidamente expansiva que procura incentivar el consumo, la demanda agregada y el crecimiento económico, pero se logra el resultado exactamente opuesto: se termina aniquilando al crecimiento.


¿Por qué la política fiscal expansiva aniquila al crecimiento? No hay crecimiento y sí estancamiento y recesión, porque la política fiscal expansiva terminó ahogando al sector privado, impidiéndole ganar dinero y generar riqueza, desincentivándolo a invertir, mejorar su productividad y generar nuevos puestos de trabajo. 


Tanto el gobierno de CFK como el de Cambiemos hacen crecer el gasto público y el déficit fiscal hasta niveles cuyo financiamiento no es sustentable. El exceso creciente de gasto público y de déficit fiscal resultante de la mala política fiscal sólo puede ser financiado con presión fiscal desmedida, impuesto inflacionario o exceso de deuda, que terminan ahogando al sector privado. Los números son contundentes en este sentido. Arriba en el gráfico de la izquierda se observa como la política fiscal expansiva (línea roja) se incrementa pronunciadamente durante los últimos seis años, pero el consumo privado (azul), la inversión privada (violeta) y las exportaciones (verde) no crecen o tienen tendencia negativa.

Sin embargo, la frase de Albert Einstein “queda corta” para la realidad actual de la economía argentina. La frase debería ser modificada por “si no quieres obtener cada vez peores resultados, no hagas siempre lo mismo”.¿Por qué? Porque los efectos negativos de la mala política fiscal son acumulativos, haciendo que los resultados a obtener sean cada vez peores.

Los números de nivel de actividad parecen confirmar que la adaptación de la frase de Albert Einstein se ajusta a la realidad económica actual de Argentina. El PBI argentino seguiría atado al ciclo político, pero probablemente cada vez con números “peores”: la contracción del PBI de 2016 (-2,5%) sería mayor que la caída de 2014 (-1,8%), pero la variación de 2017 (+1,8%) sería más baja que la de 2015 (+2,4%). 


Los números de la actividad económica avalan el deterioro del PBI atado al ciclo político. Los primeros números del cuarto trimestre de 2016 muestran que la economía continúa cayendo fuertemente. De hecho, se conocieron los datos de octubre de Construcción (-19%) e Industria (-8%); y ambos son los peores del año. Para peor, no es un fenómeno circunscripto a estos dos sectores, sino que es un fenómeno global que afecta, en mayor o menor medida, a todos los sectores de la economía.

En otras palabras, la recesión afecta a toda la economía, tanto a su largo como a lo ancho. De hecho, el ISAE E&R muestra que la actual recesión  no sólo todavía es fuerte, sino que aún no tiene señales de haber pegado “la vuelta” y “aflojar”.  En este sentido, la caída de octubre’17   (-0,5%) es similar a la de septiembre y julio pasado; y las contracciones interanuales del nivel de actividad se incrementan mes tras mes. 


De acuerdo con  nuestra visión, este año ya está “jugado”; y en E&R estimamos que el cuarto trimestre 2016 el PBI caería -0,2% con respecto al trimestre anterior (IIIT’16) y en consecuencia el PBI se contraría -2.5% en 2016. En este sentido, vale la pena destacar que la variación des estacionalizada del IVT’16 (-0,2%) es bastante optimista ya que es bastante inferior a las caídas des estacionalizadasregistradas en el IIIT’16 (-0,6%) y IIT`16 (-1,7%).

Escenario Base de PBI 2017:

En este marco, la pregunta del millón a contestar es: ¿Cómo vendría el nivel de actividad en 2017? Como mostramos en el párrafo anterior, la evolución trimestral del nivel de actividad mostraría que la caída de la economía está perdiendo fuerza trimestre tras trimestre.

En este contexto y en términos des estacionalizados, nos parece probable plantear un escenario moderadamente optimista, con un primer (+0,3%) trimestre en el cual no sólo se deja caer sino se crece “algo”; y luego proyectamos una buena salida en el segundo (+1,4%) trimestre, que más tarde se modera en el tercero (+0,9%) y se agota en el cuarto (+0,3%) trimestre 2017.

La buena salida del segundo trimestre se fundamenta en la cosecha record, que motoriza actividad en varios sectores conexos entre los que sobresale “transporte”. Más tarde, al disminuir el efecto cosecha gruesa, el dinamismo se modera en el tercer trimestre. Y hacia final de año, la apreciación del tipo de cambio, la presión tributaria y el aumento del costo financiero impactan enfriando nuevamente el nivel de actividad.

En síntesis, si el próximo año el PBI deja de caer y crece “algo” en el primer (+0,3%) trimestre, la cosecha empuja una buena salida en el segundo (+1,4%) trimestre, pero más tarde se modera en el tercero (+0,9%) y cuarto trimestre (+0,3%); el PBI crecería en torno a +1.0% promedio en 2017. A priori, este crecimiento proyectado de +1,0% para 2017 podría parecer bajo. Sin embargo no lo es, ya que implica una variación interanual de +0,9% (IIT’17); +2,4% (IIIT’17) y +2,9% (IVT’17) en los últimos tres trimestre del año próximo.


En síntesis, nuestro escenario base E&R (+1,0%), que es moderadamente optimista, proyecta una tasa de variación del PIB -2,5 puntos porcentuales inferior a la estimación oficial del Presupuesto 2017 (+3,5%), lo cual se traduciría en un déficit fiscal mayor a lo presupuestado.
De confirmarse nuestra proyección de crecimiento del PBI de 1% anual en 2017, el sector público nacional obtendría menores recursos tributarios que los proyectados en el Presupuesto. A esto habría que sumarle que, en un año electoral, los ajustes tarifarios terminarían siendo probablemente menores a los proyectados.

En otras palabras, con un crecimiento en torno a 1% el Presupuesto 2017 estaría sobrestimando recursos y subestimado gasto; y en consecuencia el déficit fiscal total de Nación y Provincias probablemente ascendería a 9.0%/9.5% del PBI en 2017, implicando  necesariamente más deuda o más emisión (inflación).


Crecimiento Presupuesto 2017 (+3,5%): súper difícil.

A partir de lo explicada precedentemente, hay que entender que la probabilidad que el crecimiento del PBI 2017 se ubique en línea con la estimación del Presupuesto 2017 (+3,5%) es baja.  Esta baja probabilidad de ocurrencia es fácil de entender con un ejercicio numérico.
Asumiendo que en términos des estacionalizados el PBI se reduce -0.2% en el cuarto trimestre 2016 y crece +0,3% en el primer trimestre 2017, simulamos un ejercicio en el cual el próximo año la economía sale y rebota con la fuerza que salió de la crisis de 2008 y luego alcanza el dinamismo del 2011. En este escenario de ejercicio simulado se alcanzaría un crecimiento punta a punta de +7% con variaciones interanuales de +5,0% y +6,7% en el tercero y cuarto trimestre de 2017, pero el crecimiento promedio anual del PBI ascendería a +2,8%.

En otras palabras, simulando un dinamismo del nivel de actividad similar al del 2009 y 2011, la tasa de crecimiento del PBI de 2017 ascendería a +2,8% promedio anual. Si se tiene en cuenta que en 2011 el precio de la soja era 650 dólares por tonelada, si se considera que en aquel momento su poder adquisitivo en el mercado doméstico era muy superior (hoy el tipo de cambio real está más apreciado), si se aprecia que hace 6 años atrás el déficit fiscal era menos de un tercio del actual y la presión tributaria y el gasto menores, se concluye que es realmente difícil acceder a una tasa de crecimiento en torno a +2,8% en 2017. Por el contrario, lo más probable es que el próximo año la tasa de expansión del PBI se ubique bien por debajo de este valor y se aproxime más próxima al escenario base de E&R (+1,0%), o a lo sumo algunos decimales más



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