Todas las decisiones de política económica están centradas en la señora presidenta. Según trascendidos y partes médicos, la evolución de la salud presidencial es satisfactoria y por suerte CFK podría reasumir sus funciones ejecutivas en el corto plazo.
En este escenario, es importante intentar anticiparse y entender qué medidas podría tomar este gobierno en el corto plazo. Claramente, la principal preocupación macroeconómica del gobierno actual es la escasez de dólares. El cepo y más cercano en el tiempo el blanqueo de capitales y el BAADE son tres claras muestras en este sentido. Sin embargo, la escasez de dólares es sólo una cara de la moneda. La otra cara es el exceso de pesos. Son dos fenómenos inseparables. En palabras coloquiales, hay menos dólares y hay más pesos que los que el mercado (sector público + privado) demandaría sin restricciones.
¿Dónde está el origen de la escasez de oferta de dólares y del exceso de oferta de pesos? La escasez de dólares tiene su origen en la inconsistencia de las políticas económicas. La política fiscal y monetaria, así como la política oficial de desendeudamiento y el cepo cambiario son el origen de la escasez de dólares. Este combo de política es el responsable de que haya muy poca IED y no haya financiamiento externo, ni de organismos internacionales, dejando a las exportaciones y al superávit comercial como única fuente de dólares.
Pensamos que el gobierno muy probablemente tomará medidas aisladas tendientes a generar entrada de divisas. En este sentido, CFK podría ordenar iniciar negociaciones para solucionar la deuda con el Club de París. Paralelamente, se podría pagar las sentencias firmes en el CIADI para atraer inversiones desde el exterior. Seguramente, se presionaría a los empresarios locales para que compren BAADE y blanqueen más capitales (casi no hubo) para engrosar las reservas. Sin embargo, todas estas medidas serían insuficientes para aumentar la oferta de dólares en la cuantía que la macroeconomía argentina necesita; y por ende seguirá habiendo escasez de dólares.
Por el contrario, la escasez de dólares de dólares sería resuelta sólo atacando las causas que dan su origen: la política fiscal y monetaria, la política oficial de desendeudamiento y el cepo. Muy difícilmente estos cuatro pilares de la actual política económica serían cambiados, por lo que pensamos que la escasez de dólares no sería resuelta por medio de un incremento de su oferta.
El exceso de oferta de pesos tiene su origen en la política fiscal desmedidamente expansiva, que deteriora en forma creciente el resultado fiscal, y en la política oficial de desendeudamiento que impide financiar el déficit con crédito. En este marco, hay dominancia fiscal y el BCRA es (prácticamente) el único financiador y el prestamista de última instancia del Tesoro. De acuerdo con el Presupuesto 2014 y nuestras proyecciones fiscales, el BCRA deberá emitir igual o más el año próximo para financiar al Tesoro. Es decir, sin cambios en la política fiscal seguirá habiendo un exceso creciente de pesos en 2014.
No obstante, pensamos que CFK probablemente tomaría medidas tendientes a reducir los subsidios energéticos y al transporte. El monto total de los subsidios explica todo el déficit fiscal y toda la emisión monetaria del BCRA destinada a financiar al Tesoro. Es decir, la dominancia fiscal y el exceso de pesos podrían desaparecer sólo si se eliminarán y se ahorraran en forma completa los subsidios. Sin embargo, CFK reduciría sólo en parte los subsidios, por lo que el exceso de oferta de pesos continuaría en nuestra economía.En definitiva, las medidas que CFK adoptaría no eliminarían la escasez de dólares, ni el exceso de oferta de pesos.
En este marco, seguramente el gobierno proseguirá intentando hacer dos “cosas” que van en el mismo sentido: reprimir la demanda de dólares y apuntalar artificialmente la demanda de pesos. Más de lo mismo. No hay otra alternativa dentro de su paradigma. En otras palabras, se fortalecerá el cepo cambiario para reprimir aún más la demanda de dólares e intentar apuntalar más fuerte y artificialmente la demanda de pesos.
CFK buscará mitigar la salida (demanda) de dólares. En este sentido, muy probablemente la presidenta tome medidas tendientes a reducir la salida de dólares, cuyo principal canal de fuga es la cuenta servicios de la cuenta corriente de la balanza de pagos y más particularmente el Turismo, viaje, pasajes, compras con tarjeta, etc. De hecho, sin ningún cambio de política, este año la cuenta servicios podría ser negativa en 9.046 millones de dólares; un aumento de USD5.236 MM con respecto a 2012. De ese aumento del déficit (+USD3.906 MM), el 74.5% (USD3.906 MM) se debe al incremento de la salida de dólares y 25.5% (USD1.333 MM) por menor entrada de dólares. De las mayores salidas, el 90.5% (USD3.534 MM) es explicado por Turismo, Viajes y Pasajes.
En este escenario, no habría que descartar el desdoblamiento cambiario para las compras con tarjeta y para el turismo en general. Este desdoblamiento también podría estar aplicado a los bienes importados suntuarios. Probablemente, el nuevo tipo de cambio oficial para tarjetas, turismo y bienes suntuarios podría ubicarse cercano al dólar paralelo. Este nuevo tipo de cambio reduciría las compras con tarjetas en el exterior e impactaría negativamente en la salida de dólares por Turismo, pasajes y viajes; principal problema que afecta negativamente a las reservas (más allá de la política oficial de desendeudamiento). Paralelamente, también contribuiría a aumentar el ingreso de dólares por Turismo.
Sin embargo, el principal activo del desdoblamiento cambiario es que potencia las utilidades contables del BCRA que son giradas al Tesoro para financiar las políticas activas y el gasto corriente del SPN. El BCRA le compra a los exportadores el dólar al tipo de cambio oficial actual y le vende los dólares a los turistas extranjeros y a los argentinos que viajan al exterior (no en efectivo sino en sus tarjetas) o compran con tarjeta “afuera” al tipo de cambio más elevado. El desdoblamiento cambiario es una alternativa superior a la suba del impuesto a las compras con tarjeta, que no sería eliminado, y/o al establecimiento de cupos o límites de compra con tarjeta en el exterior, porque brinda más “caja” al Central y al Tesoro.
El nuevo tipo de cambio turista y/o de tarjeta se actualizaría como mínimo al mismo ritmo al cual se devalúa el tipo de cambio comercial o de exportaciones para mantener la brecha entre ambos y proteger las utilidades contables del BCRA.
Este potencial desdoblamiento cambiario mitigaría la demanda de dólares en el corto plazo y por ende la pérdida de reservas podría reducirse circunstancialmente en el cortísimo plazo. Con el desdoblamiento cambiario y pisando la demanda de dólares el gobierno intentará pasar el verano y llegar al segundo trimestre 2014, cuando se inicie la liquidación de las exportaciones de soja y aumente la oferta estructural genuina de dólares.
Sin embargo, en el mediano plazo el desdoblamiento cambiario (sin aumento de LEBACs y suba de tasas) potenciaría el exceso de oferta de pesos y estimularían la suba del dólar paralelo, con lo que la brecha cambiaria no sólo no se reduciría sino que aumentaría. En este escenario, la percepción de inconsistencia de las políticas aumentarían, las expectativas de devaluación crecerían y las expectativas de inflación subirían. Los exportadores volverían a retener y no liquidar las exportaciones con lo que la oferta de dólares no sería la esperada. Nuevamente estaríamos en una situación similar a la de este año, aunque podría ser peor si los precios internacionales de la soja fueran más bajos (es probable) y/o la cosecha fuera menor a la esperada (no se sabe). En ese contexto, la situación de la economía real sería más delicada, la demanda de trabajo sería más baja, el salario habría perdido poder adquisitivo y el nivel de actividad crecería a un ritmo inferior.
En síntesis, se acerca el retorno de la presidente a sus funciones. Muy probablemente haya nuevas medidas económicas; y quizás algunos cambios en el gabinete. Las medidas serán una intensificación del “más de lo mismo”. Y al igual que en ocasiones anteriores sólo darían “aire” en el corto plazo. El problema es que nunca se atacan los problemas de fondo, por ende las medidas son cada vez menos efectivas y sus efectos positivos duran menos en el tiempo.
¿Cuál es el problema de fondo? La inconsistencia dinámica de la política económica. ¿Cuál es la inconsistencia dinámica? El combo de política fiscal y monetaria expansiva con política oficial de desendeudamiento y cepo cambiario, que origina escasez de dólares y exceso de oferta de pesos. Ninguno de estos problemas son atacados. Las reservas seguirán cayendo y el dólar paralelo seguirá subiendo.
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