Hoy el Gobierno anunció que a
partir del lunes próximo loas agentes particulares podremos ahorrar nuevamente
en dólares. ¿Se levanta el Cepo? Lo primero hay que decir es que con esta
medida el cepo cambiario no se levanta. Mientras que el Estado siga “decidiendo”
qué cantidad de dólares puede o no puede comprar un particular y mientras haya
que pagar un impuesto para adquirir divisas; seguirá habiendo cepo.
Segundo, el Jefe de Gabinete y el
Ministro de Economía remarcaron que la medida que entra en vigencia el lunes
próximo se justifica a partir del hecho que “su actual cotización es una
cotización de equilibrio”. Si se tiene en cuenta una presente
cotización nominal de $8 por dólar y el impuesto del 20%, el tipo de cambio
nominal al cual el Estado le venderá (cierta cantidad) de dólares al (parte)
público será de 9.6 pesos por cada billete norteamericano.
El tipo de cambio nominal no
importa en sí, lo que importa es el tipo de cambio real (ajustado por
inflación) implícito detrás de la paridad cambiaria de $9.6 por dólar. Hay que
ver si dicho tipo de cambio es de equilibrio (como dice el gobierno) o no.
Claramente, sus consecuencias serán muy diferentes en un escenario y en otro.
Hasta hace una semana atrás, el
tipo de cambio real (TCR) de la Argentina contra el dólar estadounidense se encontraba un 7% por
encima de los niveles de fines 2001. Sin embargo, lo relevante no era la foto
actual del TCR, sino su dinámica. El tipo de cambio nominal se venía apreciando
sostenidamente desde 2002. Es más, a fines de 2008 el tipo de cambio nominal de
Argentina se depreció fuertemente, pero su efecto de depreciación sobre el TCR “no
duró nada” y se continuó apreciándose fuertemente en 2009 / 2013. ¿Por qué? Porque
hay un nuevo entorno macroeconómico caracterizado por mayores términos de
intercambio, menores tasas de interés internacionales, un dólar más débil,
menor stock de deuda/PIB y un mayor grado de integración financiera mundial que
hacen que el tipo de cambio real de equilibrio sea más bajo. Con el actual entorno macroeconómico el
tipo de cambio real de equilibrio de largo plazo de Argentina es más bajo que
en los 90s. En pocas palabras, el
tipo de cambio real de Argentina tiene una
natural tendencia apreciadora que no se puede modificar.
Sin embargo, en el corto plazo el
tipo de cambio real puede “salirse” de su trayectoria de largo plazo. ¿Qué
puede provocar este desacople entre el tipo de cambio de corto y largo plazo? En el corto plazo la falta de confianza de
los agentes económicos en la política y el equipo económico puede dar lugar a
un tipo de cambio nominal "inflado". Justamente, un nuevo tipo de cambio oficial de $9.6 es eso; un tipo de cambio "inflado". ¿Porqué?Porque nos retrotrae a 2006, a "otra" economía que no tiene nada que ver con la actual.
Un tipo de cambio nominal de $9.60 sólo puede darse por la falta de
confianza en las políticas y en el equipo económico. La demostración de
esto es inmediata. En un escenario con confianza, los agentes económicos
saldrían corriendo a vender dólares a una paridad oficial nominal de $9.6 pesos
por dólar. Por el contrario, ya que no
hay nada de confianza, a un tipo de cambio nominal oficial de $9.6 habrá
demanda de dólares. El BCRA será el único oferente y las reservas seguirán
cayendo; y los tipos de cambio subiendo.
En este marco, una devaluación “instantánea” del tipo de
cambio nominal que lleve el dólar a 9.6 pesos no soluciona sino que agrava los
problemas. De hecho, en 2013 se devaluó más de un 30% punta a punta y los problemas
económicos se agravaron.
La dinámica del tipo de cambio muestra que una devaluación se
trasladaría a precios en un breve período de tiempo, agravando los problemas
inflacionarios y todas sus consecuencias nocivas como las expectativas de
inflación y su impacto en el mercado paralelo cambiario.
Mayor inflación se traduce instantáneamente
en mayores expectativas de inflación. Si a esto se le suma una fuerte expansión
monetaria, más devaluación y fuerte pérdida de reservas (ahora el BCRA algunas venderá
a ahorristas) que hace crecer el tipo de cambio de cobertura, las previsiones futuras
de inflación y depreciación de mayor se redoblarán y crecerán fuertemente. En este nuevo contexto de tipo de cambio oficial
a 9.6 pesos por dólar el tipo de cambio paralelo y la brecha cambiaria tienen
una clara tendencia alcista en el mediano y largo plazo.
El gobierno sigue sin entender
que la elevada inflación, los problemas cambiarios y la pérdida de reservas son
sólo los síntomas y no el problema en sí mismo. Tanto el aumento de precios, el
dólar paralelo y su brecha como la pérdida de reservas son sólo el resultado de
los desequilibrios generados por el diseño y la implementación de las políticas
oficiales.
Acá el origen de todos los
problemas es la política fiscal excesivamente expansiva, que tiene un financiamiento
inconsistente en términos inter temporales. Aumentar el déficit fiscal todos los años y financiarlo con cantidades
crecientes de emisión monetaria son el nudo del problema. Este problema los
economistas lo llamamos dominancia fiscal.
Un plan que estabilice la
economía argentina primero y ante todo debe atacar la dominancia fiscal. Si no se ataca la dominancia fiscal, no hay
chances que el tipo de cambio oficial no siga subiendo, la inflación no siga
acelerándose y el dólar paralelo y la brecha cambiaria continúen aumentando;
tampoco que el empleo y nivel de actividad económica deje de debilitarse.
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