Publicada en Diario Perfil del Sábado 20 Septiembre 2014
http://www.perfil.com/contenidos/2014/09/19/noticia_0064.html
La
macroeconomía argentina se enfrenta principalmente a tres problemas: i) el cambiario, ii) la caída del nivel de actividad y del empleo
iii) y el default de la deuda. Los problemas cambiarios se traducen en caída
del nivel de actividad y el default agrava a ambos. ¿Estos tres problemas se solucionarán o se agravarán en el futuro? Depende
de la habilidad del gobierno para diagnosticar las causas y más aún, de su
capacidad para aplicar políticas eficientes que solucionen los problemas. Hasta ahora los diagnósticos fueron errados,
incurriendo en crecientes inconsistencias dinámicas que los alejaron de los
objetivos buscados y agrandaron los problemas.
Agravan Problemas y ponen
el Cepo: los problemas cambiarios empezaron hace 4 años y su origen fue la
inconsistencia entre la política fiscal, monetaria, cambiaria y de ingresos. En 2010 / 2011 se aplicó una política (fiscal/monetaria/de
ingresos) muy expansiva procurando incentivar la demanda agregada para ganar
las elecciones. El déficit ascendió a 3% del PBI y se lo financió con emisión.
Las letras del tesoro pasaron del 24% (2009) al 41% (2011) del activo del BCRA
y los salarios (+64%) crecieron muy por encima de la inflación (54%). Pero se
devaluó sólo 13%. El atraso cambiario generó un sobre consumo que se financió
con caída de reservas (-USD5.800 MM) aumentando las expectativas de
devaluación. Había que abandonar las
políticas expansivas de estimulación de la demanda y devaluar “un poco” para
eliminar las inconsistencias. Sin embargo, el gobierno intensificó sus
políticas, pero puso el cepo para evitar perder reservas y/o devaluar. El gobierno creó un monstruo de dos
cabezas: dólar paralelo y brecha cambiaria. El gobierno agravó los problemas.
Crean una recesión y maxi
devalúan: luego del cepo el déficit creció a 4%/5% y la emisión para financiar al Tesoro aumentó exponencialmente. Los créditos
contra el Tesoro pasaron del 41% (2011) al 64% (2013) del activo del BCRA. La
política de aumentos de salarios sin importar la productividad del trabajo
(+156%) siguió ganándole a la inflación (+148%) y a la devaluación del Peso
(66%). Para colmo, el BCRA siguió incentivando la demanda con sus tasas de
interés muy negativas. Las LEBACs a 1 año pagaron una tasa real (ajustada por
IPC Congreso) de -8.6% (2011);-8.1% (2012) y -6.5% (2013). En este contexto, se fue generando un exceso de pesos que
llegó a 5.1% del PBI a fines de 2013. Este exceso fue contra las reservas y el dólar
blue, alimentando más expectativas de devaluación. La caída de reservas
alcanzó los usd15.700 MM en 2012 / 2013. El dólar paralelo pasó de $4.70 (2011)
a $6.80 (2012) y $10.0 (2013) y la brecha subió del 25% (2012) al 54% (2013). Además,
con su torpeza el gobierno logró que los
problemas cambiarios se trasladaran a la economía real, cuya tasa de
crecimiento (primero) se desaceleró y (luego) se contrajo. El BCRA tuvo que
devaluar 23% en un día; aun cuando la Presidente juró que nunca lo iba a hacer.
El gobierno volvió a agravar los problemas.
Se desperdicia el Ajuste
del BCRA y se hace caer la demanda de Dinero: a comienzos de 2014 con
la actividad cayendo y un dólar blue a $12.10,
el BCRA devaluó, tomó medidas para amentar la oferta de dólares y subió
la tasa de interés (de 17.8% a 30.4%). El Central redujo el exceso de pesos de 5.1%
(dic’13) a 1.1% (abril’14) del PBI, “comprando” tiempo y estabilidad financiera
(blue y brecha bajaron) para que el MECON atacara el origen de los problemas, el desequilibrio fiscal. Sin embargo, el gobierno redobló la apuesta e
intensificó más que nunca sus políticas fiscal y monetaria expansivas. En
primer semestre el gasto y el déficit aumentaron respectivamente el 44% y el 179%,
obligando al BCRA a emitir $55.000 MM para financiar al Tesoro. El BCRA pierde fuerza y el sobrante de
pesos vuelve a aumentar hasta 3.4% del PBI en agosto. Como contrapartida,
las expectativas de devaluación aumentan, las reservas caen (-USD1.300 MM en 34
días) y el dólar blue ($14.70) y la brecha (75%) suben. En este contexto, ante el aumento de los problemas
cambiarios la economía real se resiente cada vez más: el PBI cayó -1.7% en el
primer semestre y se espera una contracción de -2.4%/ -2.9% para 2014.
Con la fuerte emisión y el desmanejo cambiario el gobierno
logró que la demanda de dinero cayera (-13%) por primer vez en 12 años, lo que explica la aceleración inflacionaria de
26% (dic’13) a 40% (ago’14) anual. No termina
aquí. El BCRA deberá emitir $110.000 MM
de aquí a fin de año. Ante esta andanada de pesos, existe el riesgo (no la
certeza) que la demanda de dinero se resienta más. Según nuestras estimaciones,
con un PBI cayendo -2.5% y un BCRA emitiendo al +20%, una caída de la demanda
de dinero de 15% (20%/25) anual elevaría por sí sola la inflación a 45% (54%/64%)
anual. Además, el BCRA perderá más reservas (usd24.600 a fin de año). Sin
cambios de política, 2015 comenzaría con
un dólar cobertura de $19 y un blue entre $17 y $20; brecha en torno al 90%.
El gobierno volvió a agravar los problemas cambiarios, llevándonos a una
estanflación con escasez de divisas (sobran en el mundo) y caída de la demanda
de dinero.
Con las Políticas Actuales,
iremos Peor: La inflación ya se comió la devaluación de enero. Además, existe
el riesgo que se potencie la caída de la demanda de dinero (“la” variable
clave) y por ende aumente más la inflación. En este contexto, la economía se dirigiría a otro episodio de
ribetes similares a los de enero pasado. Sin embargo, dado que todos los fundamentos macro (salud) están peor que en enero
pasado, se necesitaría devaluar y subir la tasa (remedios) más que en enero pasado
para poder “comprar” tiempo de nuevo. ¿Se puede evitar este escenario? Sí,
con políticas económicas adecuadas. Veamos que hace el gobierno.
El gobierno
sigue diagnosticando que los problemas de la economía están por el lado de la demanda
y consecuentemente continúa fogoneando el gasto y el consumo con planes como el
Procrear, Progresar; Procreauto y Proemplear. También baja todas las tasas de
interés (reales) ligadas al consumo (tarjetas, adelantos, personales,
prendarios), pero la caída de la actividad se profundiza. ¿Por qué? Porque los
problemas de la economía están por el lado de la oferta agregada. Cae el nivel
de actividad porque se contrae la inversión, nos consumimos el stock de capital
y se reduce la oferta agregada. En este escenario, estimular la demanda
agregada es contraproducente, ya que termina
generando menor producción y menor empleo con más inflación, lo cual es
corroborado por la evidencia. El
gobierno sigue agravando los problemas.
Ahora, el
gobierno procura atacar la aceleración de la inflación con la nueva Ley de
Abastecimiento, que le permite fijar precios y cantidades en cada uno de los
tramos de la actividad económica, los cual nos estaría llevando hacia un
experimento de planificación centralizada. Tanto la teoría como (sobretodo) la
evidencia empírica muestran que estos experimentos conllevan a menor inversión
y producción, más escasez, más mercados paralelos y más inflación. Es decir, la Ley de Abastecimiento contraería más la
oferta agregada, agravando los problemas de nivel de actividad, empleo, escasez
y precios.
La Ley de
Cambio de domicilio de pago confirmaría que sería poco probable un arreglo con
los hold outs y también que el default se “agrandaría”. Algunos inversores no
podrán y otros no querrán entrar al canje. Hay que sumar la posibilidad de más
sentencias firmes favorables a hold outs y tampoco se puede descartar algún pedido
de aceleración de bonos. Este escenario implicaría más aislamiento, menos
financiamiento, menos inversión, más destrucción de capital, mayor caída de la
oferta agregada, más problemas cambiarios, menor nivel de actividad, menos empleo,
menor demanda de dinero y más inflación. Todavía estamos a tiempo que el gobierno
nos sorprenda y pegue un volantazo.
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