por Javier Milei.
Nació
en Pottsville, Pensilvania, Estados Unidos, “pero me crié en Brooklyn” (Becker,
en Breit y Hirsch, 2004). “Mi papá era un pequeño comerciante” (Becker, 1992). Se
casó 2 veces.
Estudió economía y sociología en las
universidades de Princeton y Chicago. “Fui un buen estudiante, pero hasta los
16 años me interesaba más el deporte que las actividades intelectuales... En
Princeton, accidentalmente, tomé un curso de economía. Me interesó que los
problemas de la organización de la sociedad se pudieran analizar con rigor matemático.
Perdí interés en la economía en el último año del college, pero lo recuperé
cuando en Chicago asistí a un curso dictado por Milton Friedman. En Chicago
tuve que aprender otra vez de qué se trataba la economía” (Becker, 1992). “Friedman
fue quien más influyó en mi desarrollo como economista. Sus clases eran
diferentes” (Becker, en Breit y Hirsch, 2004). “`Fue el mejor alumno que tuve
en toda mi carrera´, afirmó Jacob Viner” (Fucks, 1994). “No estaba muy
convencido, pero encaré estudios de graduado. Adlai Stevenson definió a los
estudiantes de posgrado como aquellos que todavía no se enteraron que la fiesta
terminó” (Becker, en Breit y Hirsch, 2004).
Enseñó en las universidades de
Columbia y Chicago. “Durante 12 años dividí mi tiempo entre Columbia y el
National Bureau of Economic Research, que en aquel tiempo funcionaba en
Manhattan. Abandoné Columbia en 1968, impulsado por las protestas estudiantiles”
(Becker, 1992). En Chicago “a partir de 1983 también aceptó un nombramiento en
el departamento de sociología, desarrollando una intensa interacción con James
Coleman” (Landes, 1998).
A partir de 1985 escribió una
columna mensual en Business week. “Me costó mucho aprender a escribir
una columna popular, particularmente redactar de manera sintética” (Becker, en
Breit y Hirsch, 2004). “Su segunda esposa lo persuadió para que la escribiera” (Hershey,
2014). También escribía en un blog, que compartía con el juez Richard Allen Posner.
Ganó
la medalla John Bates Clark, y presidió la Asociación Americana de Economía.
“Desde fines de la década de 1980
era un candidato firme al premio Nobel en economía” (Becker, en Breit y Hirsch,
2004). “Cuando en 1992 se lo otorgaron, hacía tiempo que lo merecía” (Barro,
2002). Según el Comité Nobel, lo recibió “por haber extendido la aplicación del
análisis microeconómico a múltiples aspectos del comportamiento humano y su interacción,
incluyendo al comportamiento que se desarrolla fuera de los mercados. Específicamente
contribuyó al análisis del capital humano, el comportamiento de la familia
(incluyendo el uso del tiempo), el crimen y la discriminación”. “El
otorgamiento del premio generó algunas protestas en Suecia” (Becker, en Breit y
Hirsch, 2004).
En 2007 el presidente George W. Bush le otorgó
la Medalla de la Libertad.
Cuando cumplió 65 años Michael A.
Walker organizó un simposio en su honor, cuyos trabajos principales fueron
publicados en el Journal of political economy, 107, 6, parte 2,
diciembre de 1999.
“Para él el análisis económico nunca
fue un `juego´, entendido como oportunidad para mostrar lo listo que es uno, o
lo superior que es con respecto a los colegas” (Fucks, 1994). “Se necesita que
los analistas arbitren entre los costados teórico y empírico de las cuestiones.
Cuando esto no ocurre, el campo de estudio se vuelve estéril” (Becker, en
Clement, 2002). “Es enormemente erudito, mentalmente rápido y tiene enorme
energía para participar en los seminarios” (Mulligan 2008). “Tiene un gran
sentido del humor” (Fucks, 1994).
¿Por qué los economistas nos
acordamos de Becker? Porque es una de las mentes más originales e influyentes,
dentro del análisis económico moderno (Blaug, 1985; Rosen, 1993; Fucks, 1994; Pressman,
1999; Elías, 2011 y Milei, 2014). “`Según George Joseph Stigler, `puede quedar
en la historia como el principal arquitecto de la verdadera ciencia de la
sociedad´” (Hershey, 2014). “Según le escuché a Manuel Luis Cordomí, un
argentino que estudió en Chicago, Becker no es un economista original porque
todas sus ideas están contenidas en El sentido común de la economía política,
escrito por Philip Henry Wicksteed. En mi opinión Cordomí exagera, porque
Wicksteed habrá plantado la semilla, pero Gary la desarrolló” (Barro, 2002).
Convencional en cuestiones como el
vestir, “es uno de los grandes tomadores de riesgos, dentro de las ciencias
sociales. De manera sistemática se dedicó a analizar cuestiones que estaban
fuera de la corriente principal. En prácticamente todas las instancias sus
trabajos fueron mirados con escepticismo y muchas veces con desdén... Una
interesante nota a pie de página para la historia de la ciencia es la
frecuencia con la cual influyó sobre economistas más jóvenes que él, los cuales
no estaban atrapados por ideas recibidas, modos de pensamiento o prejuicios” (Rosen,
1993). “Una nota distintiva de sus análisis es su carácter innovador” (Sandmo,
1993). “Su genio consiste en advertir que la vida diaria inspira el análisis empírico”
(Landes, 1998).
“Durante
mucho tiempo mis trabajos fueron ignorados y fuertemente criticados por parte
de los principales economistas” (Becker, 1992). “Algunos críticos lo ven como
un imperialista económico” (Barro, 2002). “Durante muchos años Chicago fue la
única universidad interesada en lo que yo hacía” (Becker, en Breit y Hirsch,
2004). “Durante muchos años fue considerado un extraño, tanto en el
establishment del este como en del oeste... Algunos de sus trabajos fueron
criticados por resultar demasiado obvios, o agregarle muy poco valor a modelos
no económicos o interpretaciones de sentido común” (Mulligan 2008). “Fue
resistido por los economistas neoclásicos que consideraron que aplicó el
herramental al análisis de las cuestiones incorrectas, y también por quienes
consideran al enfoque neoclásico una pobre representación de la naturaleza
humana” (Teixeira, 2010).
Es autor de Economía de la
discriminación (tesis doctoral), publicado en 1957; Capital humano,
publicado en 1964; Teoría económica, que viera la luz en 1971; El
comportamiento humano según el enfoque económico, publicado en 1976, Un
tratado sobre la familia, publicado en 1981; Contabilizando los gustos,
publicado en 1996; y La economía de la vida, también publicado en 1996. Además de "Irrational behavior and economic
theory", Journal of political economy, 70, 1, febrero de 1962;
“Crime and punishment: an economic approach”, Journal of political economy,
76, 1968; “A theory of social interactions”, Journal of political economy,
82, 1974; “A theory of competition among pressure groups for political
pressure", Quarterly journal of economics, 98, 3, agosto de 1983; "Family
economics and macroeconomic behavior", American economic review,
78, 1, marzo de 1988; -con J. J. Elías-: “Introducing incentives in the market
for live and cadaveric organ donations”, Journal of economic perspectives,
21, 3, verano de 2007; y -con K. Murphy-: “A theory of rational addiction”, Journal
of political economy, 96, 1988.
Enfoque
económico. “El que propongo es un método
de análisis, no un supuesto sobre motivaciones particulares. La idea es que las
personas maximizan su bienestar según lo perciben, de manera egoísta,
altruista, leal, malévola o masoquista... El modelo de decisión racional
plantea la base más prometedora para generar un enfoque unificado, para
analizar el mundo social por parte de académicos que cultivan diferentes
ciencias sociales... William Blake dijo que nunca se sabe lo que es suficiente
hasta que no se ha visto lo que es más que suficiente. Probablemente a veces asumí
demasiada racionalidad, pero reaccionando contra aquellos que no asumen
suficiente racionalidad” (Becker, 1993). “¿Sobreestima la importancia de la
racionalidad? Probablemente” (Fucks, 1994).
Discriminación. “En economía
de la discriminación estaba muy adelantado a su tiempo". (Rosen,
1993). “Mi enfoque referido a la discriminación mira cuánto se está dispuesto a
pagar, en términos de pérdida de ingresos, por hacerle caso a un prejuicio...
Cuando en Harvard presenté algunos de mis trabajos, me preguntaron qué estaba
analizando. Contesté que discriminación racial. `Yo pensé que usted era un
economista neoclásico’, me respondieron. `Lo soy’, dije, pero no los pude
convencer que mi enfoque forma parte legítima del análisis económico” (Becker,
en Breit y Hirsch, 2004). “`Cada vez que discrimino, por ejemplo, cada vez que
no contrato a una persona de color, cuando es igualmente productiva y cobra
menos por su trabajo, pierdo´, declaró en 1993” (Hershey, 2014). “Su
contribución más importante a la teoría de la discriminación es que, como la
protección con respecto al libre comercio, deteriora el bienestar de ambas
partes” (Sandmo, 1993).
Capital
humano. “Este análisis ubica a las personas en
el centro del análisis, no a las fábricas, las máquinas u otros objetos
inanimados” (Becker, en Breit y Hirsch, 2004). “Capital humano tiene hoy tanta
aceptación que resulta difícil imaginar la hostilidad que recibió cuando fue
planteado, durante las décadas de 1950 y 1960” (Becker, 1993).
Economía
de la familia, del consumo y del tiempo.
“La restricción más fundamental es la del tiempo limitado... Un tratado
sobre la familia fue la obra que más me costó escribir” (Becker, 1993). “Para
Becker la economía del hogar es como la de una `pequeña fábrica´... Planteó el
`teorema del niño podrido´, para entender el altruismo dentro de la familia” (Sandmo,
1993). “El concepto de ingreso integral convierte en ingreso el tiempo no
dedicado a maximizar los ingresos. Siempre le pareció un enigma por qué la gente
juega golf (él juega tenis)” (Mulligan 2008). “En la nueva teoría del
consumidor propuso ajustar el comportamiento de los consumidores, prestándole
atención a la importancia creciente del tiempo no dedicado al trabajo... En la
formación de los hábitos y las costumbres enfatizó el rol específico del
conocimiento y el entrenamiento [por ejemplo, mejorar la apreciación musical
asistiendo a conciertos]” (Teixeira, 2010).
Crimen y castigo. “Comencé a
pensar en el crimen y el castigo cuando cierto día de la década de 1960, estaba
llegando tarde a la universidad Columbia, para tomar un examen oral. Tuve que
decidir a gran velocidad si estacionar en un lugar permitido, que quedaba
lejos, o dejarlo en la calle y arriesgar que me multaran. Calculé la probabilidad
de que me hicieran la boleta y su costo, versus el costo de estacionar
apropiadamente, y me arriesgué (tuve suerte)” (Becker, 1993). “En Becker (1968)
sugirió analizar el crimen como una ocupación, con sus costos y sus beneficios”
(Blaug, 1985). “Jugó un rol importante en el desarrollo de `ley y economía´... De
todas sus monografías, la dedicada al crimen y al castigo fue la que tuvo más
impacto” (Landes, 1998).
Otros. “La economía
experimental plantea excelentes sugerencias, pero la teoría económica no se
refiere a cómo los seres humanos actúan en el plano experimental, sino cómo actúan
en los mercados. Y éstas son cosas diferentes... Los mercados son más
`racionales´ que los individuos, porque asignan las personas a las ocupaciones
y a las profesiones. Esto no siempre es apreciado por la economía del
comportamiento” (Becker, en Clement, 2002).
“Podrán
pasar por lo menos otros 100 años antes de que la profesión vea otro hombre de
hierro como Gary” (Mulligan 2008). ¿De cuántos de los economistas que hoy viven
podemos decir lo mismo, o algo parecido?
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